Por Rosalina Tamayo Arañó Palma Soriano, Santiago de Cuba 28 ago.— Quien conoce a Isel Álvarez Ramírez con su andar nervioso y su delgadez extrema producto de varias enfermedades que la agobian, no podría imaginar que es la dueña de un prodigioso patio de plantas ornamentales, frutales, medicinales, condimentosas y hortalizas que ha construido con su propias manos por más de 10 años y que tuvo que rehacer completamente después del paso del huracán Sandy por Palma Soriano.
Isel vive en Calle 17 del Reparto La
Ceiba. Es Ingeniera Química, jubilada hace 5 años del Central Dos Ríos y
a la pregunta de ¿para qué le sirvió su especialidad en tener un patio
tan productivo? me contesta certera: "La ingeniería es para
ingeniárselas". Esa frase pude comprobarla en el terreno al observar que
el patio de Isel naturalmente queda en una pendiente y ella lo ha ido
conformando por escalones con aserrín apisonado y tablas que van
sujetando cada nivel. Como tiene más de 1000 plantas y el agua es
imprescindible en este empeño sembró tanques en el piso que le permiten
acumular el líquido vital.
Los más inimaginables tarecos como ella les llama le sirven para sembrar, desde cascos de constructores hallados en los basureros hasta ingeniosos recipientes en forma de estrellas con placa desechadas de Rayos X.
Cuenta
con una variedad de helechos importantes, tiene ciruela roja, limón,
fruta bomba, unos pepinillos con los que prepara puré, una amplia gama
de hojas que encurte y las usa para condimentar sus comidas.
Al hacerle referencia a que si pertenece al movimiento de la agricultura urbana,que es lo más común,me responde que ella es permacultura una modalidad que le propone una nueva forma de pensar y vivir más en armonía con la naturaleza.
La placa de su vivienda también está ocupada pudimos ver de donde obtuvo una piña, un empalado de calabaza, lo que queda de la habichuela, la vasija donde cultivó remolacha. Con mucha convicción Isel Álvarez me comenta que aunque algunos la tilden de loca por la perseverancia con la que se dedica a su patio ella lo seguirá cultivando porque le produce bienestar.
Además de que nunca ha vendido nada de lo que cultiva, ayuda a todo el que se le acerca interesado confirmando que la permacultura es una sabia opción en estos tiempos que corren.
Los más inimaginables tarecos como ella les llama le sirven para sembrar, desde cascos de constructores hallados en los basureros hasta ingeniosos recipientes en forma de estrellas con placa desechadas de Rayos X.
Cuenta
con una variedad de helechos importantes, tiene ciruela roja, limón,
fruta bomba, unos pepinillos con los que prepara puré, una amplia gama
de hojas que encurte y las usa para condimentar sus comidas.Al hacerle referencia a que si pertenece al movimiento de la agricultura urbana,que es lo más común,me responde que ella es permacultura una modalidad que le propone una nueva forma de pensar y vivir más en armonía con la naturaleza.
La placa de su vivienda también está ocupada pudimos ver de donde obtuvo una piña, un empalado de calabaza, lo que queda de la habichuela, la vasija donde cultivó remolacha. Con mucha convicción Isel Álvarez me comenta que aunque algunos la tilden de loca por la perseverancia con la que se dedica a su patio ella lo seguirá cultivando porque le produce bienestar.
Además de que nunca ha vendido nada de lo que cultiva, ayuda a todo el que se le acerca interesado confirmando que la permacultura es una sabia opción en estos tiempos que corren.
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