Por Coral Vázquez Peña/Foto Yulia Nela González Bazán
¡Uf qué calor!, ¡y eso que todavía no ha llegado
agosto!, son expresiones del momento que todas y todos decimos al día
por lo menos una vez.
Y es que esta porción del mundo vive la
época más calurosa del año, con las marcas térmicas más elevadas, la
estación que tiene lugar entre la primavera y el otoño.
El período veraniego está asociado, por lo general, a las vacaciones, cuyas altas temperaturas invitan a disfrutar en la playa, los ríos, el campo y los parques, entre otros lugares.
No obstante, los pequeños pasan más tiempo en el hogar, jugando, viendo televisión o en la calle o parques compartiendo con sus amigos. Y es la misma razón por la que aumentan los accidentes domésticos.
Sucede que quienes, al decir de José Martí, viven la edad de oro, gustan en sus juegos, buscar nuevos entretenimientos, es precisamente en esos momentos en que muchas veces cogen objetos inadecuados como las tijeras, los cuchillos, los envases de nylon y de cristal u otros cortantes o punzantes.
De ahí que la primera medida que deben adoptar madres, padres y todas las personas que se quedan con los menores, es recoger todo aquello que pueda ocasionar alguna herida.
A mis sobrinas Paloma y Camila, por ejemplo les encanta jugar a la cocina, cuestión que es normal en el desarrollo de los infantes por imitación, a usted le digo lo mismo que a sus madres “proporcióneles sustancias u alimentos que no pongan en riesgo su salud. Pueden ser galleticas, azúcar, agua y jugos y así evitamos que busquen y en ese andar podrían toparse con el pomo de cloro, lejía u otros similares”.
Por experiencia sé que la etapa veraniega es excelente para hacer esos arreglos en el hogar que dejamos para después y que es la oportunidad para fijar los estantes, arreglar esas puertas y ventanas que se cierran con violencia y puedan lastimar a alguien. Colocar cerrojos a los cajones y gavetas que guarden productos u objetos peligrosos.
Mi comentario de hoy tiene como premisa fundamental, alertar a quienes se quedan cuidando a la grey infantil porque todo lo que hagamos será poco para evitar los accidentes, como dice un spot televisivo “los accidentes no son tan accidentes y sí son prevenibles”.
Sugiero no prohibirles algo porque más pronto de lo que uno se imagina lo hacen a nuestras espaldas. Propongo estar al tanto y atentos. A responder sus inquietudes sin mentirles y sobre todo a ayudarlos.
Recuerde que todos esperamos el verano por igual y en nuestras manos está la posibilidad de vivir estos dos meses a plenitud. Hombre y mujer precavidos, valen por cientos.
El período veraniego está asociado, por lo general, a las vacaciones, cuyas altas temperaturas invitan a disfrutar en la playa, los ríos, el campo y los parques, entre otros lugares.
No obstante, los pequeños pasan más tiempo en el hogar, jugando, viendo televisión o en la calle o parques compartiendo con sus amigos. Y es la misma razón por la que aumentan los accidentes domésticos.
Sucede que quienes, al decir de José Martí, viven la edad de oro, gustan en sus juegos, buscar nuevos entretenimientos, es precisamente en esos momentos en que muchas veces cogen objetos inadecuados como las tijeras, los cuchillos, los envases de nylon y de cristal u otros cortantes o punzantes.
De ahí que la primera medida que deben adoptar madres, padres y todas las personas que se quedan con los menores, es recoger todo aquello que pueda ocasionar alguna herida.
A mis sobrinas Paloma y Camila, por ejemplo les encanta jugar a la cocina, cuestión que es normal en el desarrollo de los infantes por imitación, a usted le digo lo mismo que a sus madres “proporcióneles sustancias u alimentos que no pongan en riesgo su salud. Pueden ser galleticas, azúcar, agua y jugos y así evitamos que busquen y en ese andar podrían toparse con el pomo de cloro, lejía u otros similares”.
Por experiencia sé que la etapa veraniega es excelente para hacer esos arreglos en el hogar que dejamos para después y que es la oportunidad para fijar los estantes, arreglar esas puertas y ventanas que se cierran con violencia y puedan lastimar a alguien. Colocar cerrojos a los cajones y gavetas que guarden productos u objetos peligrosos.
Mi comentario de hoy tiene como premisa fundamental, alertar a quienes se quedan cuidando a la grey infantil porque todo lo que hagamos será poco para evitar los accidentes, como dice un spot televisivo “los accidentes no son tan accidentes y sí son prevenibles”.
Sugiero no prohibirles algo porque más pronto de lo que uno se imagina lo hacen a nuestras espaldas. Propongo estar al tanto y atentos. A responder sus inquietudes sin mentirles y sobre todo a ayudarlos.
Recuerde que todos esperamos el verano por igual y en nuestras manos está la posibilidad de vivir estos dos meses a plenitud. Hombre y mujer precavidos, valen por cientos.
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