Plaza de la revolución

Plaza de la revolución
Plaza de la revolución

domingo, 7 de julio de 2019

Fidel marcha hacia el exilio

Por Margarita Piedra Cesar

Santiago de Cuba, 7 jul.— “Me marcho de Cuba, porque me han cerrado todas las puertas de la lucha cívica”; así escribió el joven abogado Fidel Castro Ruz poco antes que el 7 de julio de 1955, hace hoy 64 años, partiera hacia el exilio en Méjico en el vuelo 566 de Mejicana de Aviación, con destino a Mérida en tránsito hacia Veracruz, donde llegó en esa misma fecha.

Habían transcurrido hasta ese momento 51 días desde el 15 de mayo de 1955, cuando Fidel y un grupo de asaltantes de los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y Céspedes, de Bayamo, fueron puestos en libertad en Isla de Pinos por una amnistía que la dictadura batistiana se vio obligada a decretar debido a la presión popular.

Durante el breve período de tiempo que Fidel permaneció en Cuba sus esfuerzos estuvieron encaminados a organizar la lucha futura creándose el 12 de junio de 1955 el Movimiento 26 de Julio, cuya dirección nacional acordó que el líder revolucionario partiera hacia el extranjero con el fin de preparar un destacamento armado y entrenado para reiniciar la guerra de liberación en Cuba.

La dictadura batistiana por su parte desató contra Fidel y los moncadistas una escalada represiva que incluía un plan para asesinar al joven abogado y a su hermano Raúl en tanto prohibió cualquier tipo de participación del líder revolucionario en los medios de difusión y clausuró el periódico La Calle, que servía en alguna medida de tribuna a Fidel.

Cerrados todos los caminos de la lucha cívica a Fidel no le quedó otra alternativa que el camino del exilio y un día antes de su partida hacia Méjico, el líder del Movimiento 26 de Julio declaraba: “Como martiano pienso que ha llegado la hora de tomar los derechos y no pedirlos, de arrancarlos en vez de mendingarlos”

Para el doctor Fidel Castro el exilio en Méjico se extendería por más de un año y tres meses, hasta que el 25 de noviembre de 1956 partió de regreso a Cuba con la expedición del yate Granma para cumplir lo que había dicho en una carta de despedida, el 7 de julio de 1955: “Volveremos cuando podamos traerle a este pueblo la libertad y el derecho a vivir decorosamente, sin despotismo y sin hambre”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario