Por Adis López González
Santiago de Cuba, 18 abr.— Abril de 1961, Manuel Lucas, Santiago Perdomo, Delfín Casal y Benjamín Gosking ocupaban puestos de combate diferentes, pero cada uno asumía la defensa de la Patria ante la agresión mercenaria, conocida históricamente como la invasión a Playa Girón.
Algunos, físicamente ya no están. Otros, son testimonio vivo de la Historia de un pueblo que ha pagado con la vida de valiosos hijos el precio de su soberanía e independencia. Abril de 1961 trajo días gloriosos. Manuel, sentía la obligación moral de hacerse miliciano y ser ejemplo.
Como artillero de la Batería 4 de cañones antitanques de Ciudad Libertad participa en las acciones.
Cuando en una conversación intercambiaba con Manuel, recuerdo me decía: “yo entiendo que Girón demostró el potencial combativo de un pueblo, decidido a defender su libertad y su independencia. Yo pienso que el enemigo nunca pensó que este pueblo diera ese paso como lo dio, pero, con la presencia de Fidel al frente de toda sus tropas”.
Desde la filas de la Policía, Santiago dio mucho que hacer a los mercenarios, quienes no pudieron dejar de reconocer el valor de aquellos soldados de los escuditos, quien una vez me comentó: “La orden que teníamos de nuestro jefe, Ifigenio Amejeiras y Delgado era “hasta el agua y pa´lante”, es decir, que no se podía mirar para atrás. No dejarlos hacer vida, ni hacer cabeza de playa”.
Delfín también coincidía desde sus recuerdos: “allí participaron más de 15 batallones, vaya que lo que le caímos arriba no fue fácil. Para mi fue una cosa triste, pues perdimos muchos compañeros, y nunca olvidaré ver a nuestro Comandante siendo un soldado al frente de su tropa”.
Como parte del Batallón 148 de las Milicias llegó Benjamín Gosking Guerra a Playa Girón. En este diario, en cada uno de los recuerdos, guardados como tesoros en la caja una porción de la historia. Para mi, un privilegio inmenso conocerle, no es común encontrar personas de tan hermosas cualidades humanas, de tanta sensibilidad y modestia. En la sala de su humilde casa me contaba:
“Ya Fidel lo dijo, están ahí!!! Vimos entonces el engaño que traían los aviones que la pintura del avión, donde dice US NAVY, le habían dado una pintura así, pero se veía bien claro ahí las letras que decían US NAVY y entonces sobre eso pintada la bandera cubana, que es lo que confundía tanto al pueblo, como a los milicianos, creyendo que eran de la gente de nosotros… Cuando nosotros pasamos, ya encontramos, eran como cinco o seis guaguas de esas quemadas, que le habían tirado Napalm y se veían, los compañeros se veían que habían intentado salir por las ventanillas, me contaba entre lágrimas y sollozos, se veían los cadáveres tendidos, uno arriba de otro, por las ventanillas y el hedor aquel a carne quemada.
Horas difíciles, aquellas que el pueblo convirtió en victoria.
“ya viste que me aflige un poco, porque como quiera que sea, en la guerra todos somos hermanos, todos nos queremos, todos queremos protegernos uno al otro”. Agregó Benjamín.
Con ellos, con la historia que representan, se renuevan compromisos de lealtad a los ideales que distinguen a ese pueblo que, como en Girón, sigue defendiendo sus conquistas.
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