Por Rosalina Tamayo Arañó
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 13 dic.— Entre las actividades por la Jornada del Educador se realizó la entrega a 104 profesionales del sector de la “Distinción por la Educación Cubana”, que se otorga a ciudadanos cubanos y extranjeros en reconocimiento a los méritos alcanzados y a la labor realizada en el enriquecimiento de la misma en el país.
En el Parque José Martí, Monumento Nacional de nuestra ciudad ecibieron la distinción maestros, profesores y personal de servicio con logros destacados en las esferas científico-técnico y didáctica- metodológica, así como en la relación de la escuela con la familia y la comunidad.
Concursos, eventos de FORUM y Pedagogía y los resultados en pruebas de ingreso son solo una muestra de su quehacer diario. Estos trabajadores condecorados contribuyeron a que la educación palmera alcance resultados relevantes en el trabajo tanto a nivel provincial como nacional.
Un grupo de pioneros palmeros colocaron en el pecho la distinción “Por la Educación Cubana” a más de cien hombres y mujeres que dedican sus vidas a labrarle el futuro a otros. Son de las diferentes enseñanzas, hay con más de 25 años de experiencia y otros más jóvenes, pero todos con la seguridad de que escogieron la profesión más hermosa del mundo.
La directora del centro mixto “Alfredo Leliebre”, Edanis Maine Fernández, expresó: “me siento muy feliz de recibir esta distinción porque siempre quise ser maestra y que a solo 18 años de desempeñarme como tal reciba este reconocimiento me da más ánimo para continuar con mi labor, también estoy orgullosa de mi colectivo porque 10 de los 68 que somos la recibimos, lo que dice de la calidad de nuestro personal”.
ReynierTen Rodríguez, es profesor de Matemática, de la secundaria “Batalla de Jigüe”, en el Caney, un consejo popular rural de Palma soriano, nos dijo: “con 12 años de trabajo ya ser reconocido con tan alta distinción me compromete a seguir trabajando con la misma dedicación. Yo tuve buenos maestros y desde pequeño siempre quise serlo, por eso le trasmito a mis alumnos además de conocimientos, valores humanos para que sean personas de bien”.
Estos maestros verdaderos, como diría el poeta Raúl Ferrer, son protagonistas de la colosal obra educacional que distingue a la Revolución cubana.
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