Santiago de Cuba, 10 dic.— Por la demarcación montañosa de Jutinicú, cabecera del Consejo Popular (CP) homónimo, perteneciente al municipio de Songo-La Maya, es bien reconocido entre sus más de 1 490 habitantes el destacado productor de leche vacuna José Ángel Rodríguez Hechavarría, popularmente como “Angelito Sarapio”.
Un hombre de campo, que a pesar de cargar sobre sus hombros 72 años de duro bregar en la campiña cubana, se muestra muy activo y dispuesto a enfrentar el cumplimiento de cualquier tarea por muy compleja que se revele, además de aportar con iniciativas propias al empuje y consolidación del movimiento cooperativo-campesino en la provincia de Santiago de Cuba.
Por esa intrincada geografía, coinciden muchos campesinos en que Angelito junto con otro grande en la ganadería como es Nelson Andina, figura entre los mejores productores de leche de la región. En su finca “La Carmen Rosa”, con una extensión de siete caballerías (cab) es predominante el ganado mestizo, resistente al clima tropical y a las exigencias de los retos de las montañas. En ese espacio, donde cuenta con unas 90 cabezas de ganado aporta un promedio de 1 200 litros de leche anualmente.
Manifiesta este sobresaliente campesino, integrante de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Manuel Guardia, que sus vacas en ordeño -alrededor de siete- aportan por estos tiempos entre ocho y nueve litros de leche diarios, una modesta cifra que garantiza el cumplimiento del contrato firmado con Acopio.
Reconoce que la ganadería desde todos los puntos de vista, reclama mucha entrega, sacrificio y trabajo para alcanzar resultados favorables, mientras enfatiza en que hay que tener en cuenta una esmerada atención a la masa animal, la sostenibilidad alimentaria, la reproducción y otros cuidados que incidan en mayores entregas de leche y carne para satisfacer las necesidades alimentarias de la población.
Siente orgullo de su estirpe ganadera de pura cepa, de su origen campesino y ser nacido y criado en la finca de Paso Hondo, aledaña a la comarca de Jutinicú donde reside actualmente en una de las 59 confortables viviendas, tipología Sandino, terminadas en ese asentamiento rural.
En total serán 61 casas, afirma Angelito Sarapio, quien manifiesta ya benefician a numerosas familias afectadas por el huracán Sandy, el cual arrasó con todo por acá. Fíjate que la inmensa mayoría entristecimos cuando vimos nuestros hogares, fincas y pertenencias perdidas; sin embargo, transcurrido casi seis años el panorama es completamente distinto, hay un cambio total en este asentamiento donde el bohío con techo de guano y tablas de palma quedó para la historia, mientras renacen ahora nuevas unidades de servicios, el comercio y la gastronomía.
Sarapio, se revela como una persona inquieta y muy constante en la búsqueda de iniciativa u otros quehaceres; de ahí que cuando no está en la finca dedique entonces el tiempo en la casa para elaborar un refrescante guarapo, además de la manipulación de un improvisado molino para triturar maíz, así como también para pulverizar piedra para la construcción local.
Por esta comarca, antes del triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959, solo existían para los pobladores el desalojo, hambre, miseria, explotación, insalubridad y el analfabetismo, entre otros males. Hoy, es distinto el panorama transcurridas seis décadas de victorias, testificó finalmente José Ángel Rodríguez Hechavarría.
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