Plaza de la revolución

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sábado, 13 de octubre de 2018

Un hombre de bien arribó al club de los 120 años

Por Rosalina Tamayo Arañó

Palma Soriano, Santiago de Cuba, 13 oct.— Guillermo Reynosa Hernández, es un hombre privilegiado porque arribó a los 120 años de edad con una lucidez admirable.

El cumpleaños de este centenario constituyó un acontecimiento en Candoga donde vive hace mucho tiempo junto a Antonia su esposa y reunió a sus 8 hijos. Celebraron por la familia de más de 20 nietos, 22 bisnietos y tres tataranietos.

Orgulloso Guillermo nos contó “prevengo de una familia humilde, de campesinos, mi padre fue un hombre extremadamente honrado y me enseñó a serlo a mi también y yo a mi vez le he inculcado eso a mis hijos que todos son hombres de bien. Estoy muy feliz con la familia que tengo, por todo el amor que me dan y en este cumpleaños”.

Reynosa Hernández es muy querido por todos, el secretario de su núcleo resaltó las cualidades del militantes del Partido Comunista de Cuba más longevo que tiene Palma Soriano. Así nos contó que desde 1944 era militante del Partido Socialista, que estuvo en todas las etapas de la lucha revolucionaria en la vanguardia y que hasta la actualidad es militante del Partido Comunista de Cuba y lo seguirá siendo mientras respire”.

Los que lo conocen dicen que estar activo en el juego de dominó le permite conservar su buena memoria, nos demostró eso, contándonos pasajes de su vida como este que dice "al triunfo de la Revolución a él y a un grupo grande de jóvenes Fidel, el Che, Camilo y Almeida le dieron la tarea de nacionalizar los latifundios que existían en la zona oriental y le correspondió Ferrando, actualmente ese territorio pertenece al municipio Mella, de la provincia Santiago de Cuba, allí pasó cuatro años como jefe de una cooperativa, explicó todo el trabajo que realizaron y cómo dejaron el lugar.

Conversando con quienes llegaban a saludarlo el horcón mayor de los Reynosa palmeros también tocaba con sus manos los preparativos  de su fiesta a la que asistieron vecinos, amigos y familias porque un hombre de bien arribó al club de los 120 años.

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