Santiago de Cuba, 28 may.— Amanece con lluvia en Santiago de Cuba y, casi simultáneamente, los radares anuncian la formación de la primera tormenta subtropical del año que transcurre. Los avisos de alerta temprana para “Alberto” inauguran por anticipado la temporada ciclónica, señalada cada año entre el 1ro de julio y el 30 de noviembre.
Sin embargo, los especialistas afirman que estos meses no transcurrirán con tanta actividad como los presagios parecen indicar. Así trascendió en una videoconferencia que enlazó los Consejo de Defensa Provinciales de la Región Estratégica Oriental, durante el ejercicio Meteoro 2018.
De acuerdo a las dinámicas oceánicas y las otras condicionantes de los patrones modeladores, existen características favorables en el Caribe y el Atlántico para la formación de organismos ciclónicos: aguas superficiales cercanas a los 30 grados Celsius, relación atmósfera-océanos inestable, entre otros.
Partiendo de estos datos, todos los centros de análisis, incluido el Centro Nacional de Pronósticos, anuncian alrededor de 14 tormentas tropicales para los próximos meses, seis de ellas con posibilidad de alcanzar la categoría de huracán y, al menos tres, ofrecen verdadero peligro.
Estas cifras se juzgan como normales, aunque insisten en la posibilidad -por encima del 60%- de que alguna de estas tormentas se intensifique en nuestra área y afecte Cuba o de que penetre desde el Atlántico. En este caso el riesgo es aún mayor y hay que poner la mira en la región oriental, así como monitorear el impacto de las lluvias.
Igualmente estudian la posible distribución geográfica de los fenómenos, con siete previstos en aguas del océano Atlántico norte, dos en el Mar Caribe y otros tres en el Golfo de México, de los cuales quizás ya haya que descontar al primogénito Alberto.
No son alarmantes los pronósticos meteorológicos para este año, a pesar de las influencias del cambio climático. Sin embargo, basta apenas uno para causar estragos significativos, como sucedió al paso de Irma por el territorio nacional.
Cada año, la preparación del pueblo, las estrategias de enfrentamiento y un plan de comunicaciones efectivo, preservan la vida de miles de cubanas y cubanos que ostentan hoy el récord mínimo de muertes por esta causa en el continente.
El pasado año se formaron un total de 17 organismos tropicales, aunque solo diez de ellos alcanzaron la categoría de ciclón y seis fueron especialmente intensos, dejando tras de sí más de 430 muertes, y pérdidas materiales por encima de los 368 mil millones, en todo el Caribe.
Una temporada muy activa, donde coincidieron hasta tres organismos en el área y con huracanes intensificados con rapidez y otros que mantuvieron su régimen de vientos por más de 20 días, como sucedió con José.
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