Santiago de Cuba, 4 sep.— Con un gran concierto en la Sala Dolores, de esta ciudad, la joven cantante cubana Luna Manzanares cautivó al público santiaguero, que ovacionó su don y la confirmó como una de las voces más destacadas del panorama musical cubano actual.
Durante un poco más de una hora y ante
un nutrido auditorio, la artista ofreció 12 temas que motivaron un
universo de sentimientos, especialmente el amor, así como la emoción y
el orgullo de ver reflejado en un talento de 27 años la continuidad de
la grandeza de la música cubana.
Tengo que partir, de Kelvis Ochoa y de Descemer Bueno, compositor que ha acompañado la carrera artística de Manzanares, fue la canción con la cual comenzó la presentación, en la que la intérprete apeló magistralmente a letras que son imprescindibles para seleccionar lo mejor del pentagrama sonoro contemporáneo en Cuba.
El primer amor, de Pablo Milanés, en la potente y limpia voz de la joven, estremeció al público, que también la vio cantar desde el alma el Habáname, de Carlos Varela, título que la intérprete consideró uno de los más bellos que se le han dedicado a la capital cubana, su ciudad natal.
Conmovió además el tema Casualidad, de Osmany Collazo, mientras que la entrega junto al sonero Tiburón Morales del emblemático Olvido, de Miguel Matamoros, puso el sabor de la música tradicional cubana, un género que ha sido inspiración para Manzanares, que regaló también un poco de bossa nova, latin jazz y la música inglesa que aprecia desde niña.
Tras el espectáculo, agradeció la maravillosa acogida que ha tenido en la provincia santiaguera, donde desde el 29 de agosto último recorrió cinco municipios, en los que presentó su primer CD-DVD en solitario, Luna Manzanares en vivo, producido por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales y que mereció un Premio Cubadisco 2017.
El concierto marcó el cierre de la gira por este oriental territorio, que fue la antesala de un recorrido nacional, que comenzará el cuatro de octubre próximo, y que la llevará a las provincias de Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Villa Clara, Cienfuegos y Matanzas.
Tengo que partir, de Kelvis Ochoa y de Descemer Bueno, compositor que ha acompañado la carrera artística de Manzanares, fue la canción con la cual comenzó la presentación, en la que la intérprete apeló magistralmente a letras que son imprescindibles para seleccionar lo mejor del pentagrama sonoro contemporáneo en Cuba.
El primer amor, de Pablo Milanés, en la potente y limpia voz de la joven, estremeció al público, que también la vio cantar desde el alma el Habáname, de Carlos Varela, título que la intérprete consideró uno de los más bellos que se le han dedicado a la capital cubana, su ciudad natal.
Conmovió además el tema Casualidad, de Osmany Collazo, mientras que la entrega junto al sonero Tiburón Morales del emblemático Olvido, de Miguel Matamoros, puso el sabor de la música tradicional cubana, un género que ha sido inspiración para Manzanares, que regaló también un poco de bossa nova, latin jazz y la música inglesa que aprecia desde niña.
Tras el espectáculo, agradeció la maravillosa acogida que ha tenido en la provincia santiaguera, donde desde el 29 de agosto último recorrió cinco municipios, en los que presentó su primer CD-DVD en solitario, Luna Manzanares en vivo, producido por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales y que mereció un Premio Cubadisco 2017.
El concierto marcó el cierre de la gira por este oriental territorio, que fue la antesala de un recorrido nacional, que comenzará el cuatro de octubre próximo, y que la llevará a las provincias de Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Villa Clara, Cienfuegos y Matanzas.
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