Plaza de la revolución

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domingo, 3 de septiembre de 2017

Entorno de la Gran Piedra paisaje más atractivo de Santiago de Cuba

Por Claudia González Catalán

Santiago de Cuba, 3 sep.— No hay en Cuba paisaje tan singular como esta cordillera, serpenteada por un camino imposible. La villa turística recibe al viajero y 459 escalones lo elevan a 1 214 metros sobre el nivel del mar, hasta la cima del grupo montañoso Gran Piedra.

Para Ángela, turista holandesa, fue impresionante encontrarse a semejante altura: “Es realmente hermoso, realmente sorprendente. Solo puedo decir que es realmente agradable, la naturaleza y las montañas. Es una buena oferta turística. Yo recomiendo a todo el mundo venir a visitarla”.

Incluso aquellos que llegan buscando constatar la solidez de la roca más grande del Caribe, terminan impresionados con sus 70 mil toneladas. Es parte de la ensoñación del sitio imaginar un meteorito golpeando este paisaje al azar. Pero la geología confirma su origen como producto de un antiguo volcán sumergido, que la erosión de la memoria nunca ha dejado de moldear.

No obstante, sigue siendo una maravilla de la naturaleza para la turista alemana Claudia Rüller: “Este paisaje me parece maravilloso, como mágico. Parece mentira que una erupción volcánica pudiera mover una piedra tan grande y dejarla ahí arriba. Todo Santiago me pareció muy bello, muy limpio. Me parece una oportunidad excepcional poder venir aquí”.

Los contrastes naturales del paisaje santiaguero, coexisten en la cúspide con la tecnología del principal observatorio meteorológico de la provincia. La villa quedó abajo. 17 Cabañas y 5 bungalós, remozados con esmero invitan a confirmar la leyenda de las luces nocturnas de Haití.

Un kilómetro de senderismo por un camino perfumado de mariposas conduce hasta el museo La Isabelica. La soledad aparente, disiente de la remota agitación de las ruinas del cafetal más próspero en el siglo XIX del Oriente cubano, habitado por un vaivén infinito de culturas.

Ya no huele a café en los secaderos ni los molinos, pero dicen que en las noches aún se levanta un lamento negro. El tiempo no consigue esconder el esplendor edificado entre estas montañas por el colono francés Víctor Constantin hace 200 años. Lo confirma la majestuosidad del mobiliario vernáculo o la alcoba que esconde los remotos sueños de amor prohibido.

Dicen que bajo este dosel jamás durmió mujer blanca alguna. Las caderas de la esclava Isabel María bautizaron la hacienda, que aporta a los registros patrimoniales de la UNESCO historias amargas de esclavitud y café.
El ave del paraíso señorea el paisaje, habitado por un centenar de especies endémicas.

Profundamente impresionado, Alexandro, turista italiano, confiesa: “Es muy hermoso, sorprendente, no tengo palabras para explicar toda esta vista, este paisaje, es sorprendente. Al igual que Santiago, pienso que es un pequeño diamante en Cuba y en el mundo”.

Conocedores de tantos encantos, la agencia de viajes Cubatur Santiago, organizó ofertas especiales que combinaban la excursión al paisaje Natural Protegido Gran Piedra, con otras atracciones del Parque Baconao, como visitas a playas de la costa sur oriental o pasadías en la finca El Porvenir, todas de gran aceptación entre el turismo nacional.

Raúl Medina, villaclareño, visita por tercera vez Santiago de Cuba, pero nunca había llegado hasta la Piedra: “Es una maravilla su naturaleza, todo su verdor, las altas montañas y el paisaje, como lo es también el pueblo santiaguero. Es un buen destino para cualquier cubano, para cualquier persona del mundo venir acá y disfrutar de este oxígeno puro”.

Santiago de Cuba aún conserva un poco de francés y mucho de africano, sintetizado en este edén lejano dela cordillera, envuelto en su velo sempiterno de nubes, apenas a 26 kilómetros de la moderna ciudad.

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