Santiago de Cuba, 23 abr.— El 23 de abril de 1898, hace hoy 119 años murió en combate el Coronel del Ejército Libertador cubano, Juan Delgado González, cuyo nombre se inscribió en la historia por ser él, quien el 7 de diciembre de 1896, rescató el cadáver del Titán de Bronce del campo enemigo y lo trasladó a un lugar no revelado hasta después de terminada la guerra de 1898.
Juan Delgado, nacido en 1868 en Bejucal,
La Habana, se incorporó a la gesta independentista en enero de 1896 con
el grado de Capitán y por el coraje demostrado en diversas acciones, en
ese mismo año se le ascendió a Coronel. Al morir tenía 30 años de edad y
estaba propuesto para el grado de General.
El Coronel Juan Delgado, el 7 de diciembre de 1896 se encontraba en un lugar próximo al campamento de Antonio Maceo, en la finca San Pedro y al percatarse de la presencia de la infantería española en la zona, fue el primero que entabló combate con las tropas enemigas, que pretendían sorprender al Titán de Bronce.
En este combate de San Pedro, el 7 de diciembre de 1896, fue herido mortalmente el Lugarteniente General del Ejército Libertador, Antonio Maceo Grajales, quedando su cuerpo tendido en el campo de batalla enemigo, uniéndosele posteriormente, su ayudante Panchito Gómez Toro, quien también fue herido y rematado a machetazos por los soldados colonialistas.
Enterado el coronel Juan Delgado González de lo acontecido reunió a un grupo de 18 voluntarios a los cuales dijo: "Es una vergüenza que los españoles se lleven el cadáver de Maceo. ¡Hay que rescatarlo de cualquier manera! El que sea cubano y tenga valor ¡Qué me siga!". Y la misión fue cumplida.
En ese mismo día el Coronel Juan Delgado González, corriendo numerosos riesgos, trasladó los cuerpos de Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro hasta una finca en la Loma del Cacahual, en La Habana, entregándole los dos cadáveres heroicos a su tío Pedro Pérez y sus cuatro hijos, con quienes hizo un pacto de silencio de no revelar el sitio del enterramiento hasta concluida la guerra.
El Coronel Juan Delgado González no sobrevivió la gesta, pues cayó combatiendo el 23 de abril de MIL 898 junto a dos de sus hermanos, cuando solo tenía 30 años de edad y estaba propuesto para el grado de General.
Aquel impresionante secreto fue cumplido al pie de la letra por sus familiares y solo se conoció el sitio donde fueron enterrados Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro en septiembre de 1898, cuando sus restos fueron inhumados ante la presencia del Generalísimo Máximo Gómez Báez y otros oficiales patriotas.
El Coronel Juan Delgado, el 7 de diciembre de 1896 se encontraba en un lugar próximo al campamento de Antonio Maceo, en la finca San Pedro y al percatarse de la presencia de la infantería española en la zona, fue el primero que entabló combate con las tropas enemigas, que pretendían sorprender al Titán de Bronce.
En este combate de San Pedro, el 7 de diciembre de 1896, fue herido mortalmente el Lugarteniente General del Ejército Libertador, Antonio Maceo Grajales, quedando su cuerpo tendido en el campo de batalla enemigo, uniéndosele posteriormente, su ayudante Panchito Gómez Toro, quien también fue herido y rematado a machetazos por los soldados colonialistas.
Enterado el coronel Juan Delgado González de lo acontecido reunió a un grupo de 18 voluntarios a los cuales dijo: "Es una vergüenza que los españoles se lleven el cadáver de Maceo. ¡Hay que rescatarlo de cualquier manera! El que sea cubano y tenga valor ¡Qué me siga!". Y la misión fue cumplida.
En ese mismo día el Coronel Juan Delgado González, corriendo numerosos riesgos, trasladó los cuerpos de Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro hasta una finca en la Loma del Cacahual, en La Habana, entregándole los dos cadáveres heroicos a su tío Pedro Pérez y sus cuatro hijos, con quienes hizo un pacto de silencio de no revelar el sitio del enterramiento hasta concluida la guerra.
El Coronel Juan Delgado González no sobrevivió la gesta, pues cayó combatiendo el 23 de abril de MIL 898 junto a dos de sus hermanos, cuando solo tenía 30 años de edad y estaba propuesto para el grado de General.
Aquel impresionante secreto fue cumplido al pie de la letra por sus familiares y solo se conoció el sitio donde fueron enterrados Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro en septiembre de 1898, cuando sus restos fueron inhumados ante la presencia del Generalísimo Máximo Gómez Báez y otros oficiales patriotas.
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