Santiago de Cuba, 28 jul.— Un cuadrangular del emergente Keston Hiura en la octava entrada ante el relevista Liván Moinelo rompió definitivamente el empate a una carrera por bando que mantenían los equipos de Cuba y Estados Unidos en el quinto y último juego de la serie amistosa que disputaron en nuestro país y con saldo final de 2 carreras por 1 los visitantes celebraron al mismo tiempo la victoria en el partido y en la serie que se inclinó a su favor 3-2.
Los cubanos fueron primeros en tomar la
delantera al romper el abrazo a cero en la parte baja de la cuarta
entrada mediante infield jit de Norel González, sacrificio y sencillo
impulsor de Yolbert Sánchez, mejor bateador local al conseguir balance
de 5-3 y remolcar la única anotación de los perdedores.
Pese a batear mejor que en juegos anteriores los nuestros no resultaron productivos pues le conectaron nueve imparables al abridor Tanner Houck y apenas pisaron la goma en la oportunidad antes referida.
Por el lado cubano el abridor Miguel Lahera estuvo intransitable al dejar sin jits ni carreras a los estadounidenses en cinco entradas completas al tiempo que repartió una cuarteta de ponches.
Con ese expediente inmaculado se fue a la cueva Lahera para dar paso al relevista Frank Medina quien abrió el sexto y fue recibido con par de jits consecutivos que determinaron su inmediato reemplazo por el zurdo Liván Moinelo (0-2) cuyo trabajo garantizó los tres outs pero no pudo impedir -por bola ocupada- la anotación que produjo el empate.
El choque avanzó con la paridad fijada en la pizarra hasta el octavo capítulo cuando el bateador emergente Keston Hiura rechazó un lanzamiento de Moinelo y sacó la pelota por encima de la cerca del jardín izquierdo.
A la postre esa conexión resultó letal pues la ventaja mínima lograda por los norteños fue mantenida firmemente por el relevista zurdo Ricky Taylor (1-0) frente al cual el line up cubano apenas pudo apuntarse dos imparables en cinco y un tercio de entrada de actuación; al tiempo que repartió cuatro ponches y concedió un solitario boleto.
El triunfo aseguró a los estadounidenses como ganadores de la serie amistosa al imponerse en tres de los cinco juegos disputados.
El balance de la actuación cubana deja mucho que desear desde el punto de vista ofensivo pues era de esperar que, después de la reciente gira por Canadá donde según los técnicos el equipo logró mejor ajuste en los últimos juegos frente a un pitcheo con media superior a las 90 millas y muchas mañas acumuladas, pudieran sacar provecho de la menor experiencia de los tiradores universitarios; sin embargo fue todo lo contrario, estos los docilizaron y los obligaron a comer de la mano.
En descargo ni siquiera puede aducirse que el brutal sometimiento fue obra de uno u otro lanzador ya que por el montículo desfilaron todos los serpentineros visitantes sin que asomara convincentemente el poder de fuego de los caribeños.
Mejor parado quedó nuestro pitcheo con un desempeño general encomiable a lo largo del amistoso aunque no puede pasarse por alto que la nómina visitante dista en calidad de lo que debe de encontrar nuestro equipo en su tránsito por el calendario internacional del beisbol actual.
Queda pues una acuciante labor por delante para enmendar las insuficiencias, sellar grietas y acorazar a nuestra escuadra para conseguir los resultados alentadores que todos esperamos.
Pese a batear mejor que en juegos anteriores los nuestros no resultaron productivos pues le conectaron nueve imparables al abridor Tanner Houck y apenas pisaron la goma en la oportunidad antes referida.
Por el lado cubano el abridor Miguel Lahera estuvo intransitable al dejar sin jits ni carreras a los estadounidenses en cinco entradas completas al tiempo que repartió una cuarteta de ponches.
Con ese expediente inmaculado se fue a la cueva Lahera para dar paso al relevista Frank Medina quien abrió el sexto y fue recibido con par de jits consecutivos que determinaron su inmediato reemplazo por el zurdo Liván Moinelo (0-2) cuyo trabajo garantizó los tres outs pero no pudo impedir -por bola ocupada- la anotación que produjo el empate.
El choque avanzó con la paridad fijada en la pizarra hasta el octavo capítulo cuando el bateador emergente Keston Hiura rechazó un lanzamiento de Moinelo y sacó la pelota por encima de la cerca del jardín izquierdo.
A la postre esa conexión resultó letal pues la ventaja mínima lograda por los norteños fue mantenida firmemente por el relevista zurdo Ricky Taylor (1-0) frente al cual el line up cubano apenas pudo apuntarse dos imparables en cinco y un tercio de entrada de actuación; al tiempo que repartió cuatro ponches y concedió un solitario boleto.
El triunfo aseguró a los estadounidenses como ganadores de la serie amistosa al imponerse en tres de los cinco juegos disputados.
El balance de la actuación cubana deja mucho que desear desde el punto de vista ofensivo pues era de esperar que, después de la reciente gira por Canadá donde según los técnicos el equipo logró mejor ajuste en los últimos juegos frente a un pitcheo con media superior a las 90 millas y muchas mañas acumuladas, pudieran sacar provecho de la menor experiencia de los tiradores universitarios; sin embargo fue todo lo contrario, estos los docilizaron y los obligaron a comer de la mano.
En descargo ni siquiera puede aducirse que el brutal sometimiento fue obra de uno u otro lanzador ya que por el montículo desfilaron todos los serpentineros visitantes sin que asomara convincentemente el poder de fuego de los caribeños.
Mejor parado quedó nuestro pitcheo con un desempeño general encomiable a lo largo del amistoso aunque no puede pasarse por alto que la nómina visitante dista en calidad de lo que debe de encontrar nuestro equipo en su tránsito por el calendario internacional del beisbol actual.
Queda pues una acuciante labor por delante para enmendar las insuficiencias, sellar grietas y acorazar a nuestra escuadra para conseguir los resultados alentadores que todos esperamos.
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