Por Mariano Aldana Villalón
Santiago de Cuba, 13 jul.— Nadie se imaginó que a la vuelta de pocos años, la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) “La Calabaza” se convertiría en abanderada de la ciencia y la técnica en el Segundo Frente.
Santiago de Cuba, 13 jul.— Nadie se imaginó que a la vuelta de pocos años, la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) “La Calabaza” se convertiría en abanderada de la ciencia y la técnica en el Segundo Frente.
El hecho en si se vincula con la
necesidad de crear el primer Centro de Propagación Vegetativa en el país
para producir posturas altamente productivas por dos métodos ante el
desafío que imponía la transformación cafetalera.
Uno de ellos es la mejora genética por medio del injerto. Esta técnica consiste en utilizar como patrón la variedad Robusta y varios tipos de las plantaciones arábicas, entre ellas Isla, Borbón y Mondo Novo con buenos resultados en diferentes épocas del año.
Lo novedoso de este enjerto es que sin perder el patrón Robusta se obtienen posturas más vigorosas frente a plagas y enfermedades, y por ende lograr mejores rendimientos agrícolas.
El otro método es por la técnica de esquejes. Primero se selecciona una panta altamente productiva en el campo, de grandes granos, libre de plagas y enfermedades.
Cumplidos estos requisitos, se opta por el vástago con mejores condiciones y se hacen cuantas estaquitas sean posibles. Luego se llevan al túnel –casa de tapado- donde ellas van emitir sus primeras raíces en aproximadamente dos meses y medio.
A partir de ese momento se pasan para las bolsitas donde van a desarrollarse como posturas hasta alcanzar las 5 o 6 pares de hojas para llevarlas a las áreas de siembra. Este método, sencillamente, es conocido por transferencia tecnológica, con resultados productivos muy buenos.
Hasta el momento, la UBPC “La Calabaza” alcanza niveles similares de supervivencia a los que obtienen las Estaciones Experimentales en el país.
Con esos métodos y la labor sistemática de conservación del suelo, esta unidad productora del Segundo Frente estará en condiciones de alcanzar su potencial productivo en el año 2018, y no en el 2020 como se había comprometido.
Uno de ellos es la mejora genética por medio del injerto. Esta técnica consiste en utilizar como patrón la variedad Robusta y varios tipos de las plantaciones arábicas, entre ellas Isla, Borbón y Mondo Novo con buenos resultados en diferentes épocas del año.
Lo novedoso de este enjerto es que sin perder el patrón Robusta se obtienen posturas más vigorosas frente a plagas y enfermedades, y por ende lograr mejores rendimientos agrícolas.
El otro método es por la técnica de esquejes. Primero se selecciona una panta altamente productiva en el campo, de grandes granos, libre de plagas y enfermedades.
Cumplidos estos requisitos, se opta por el vástago con mejores condiciones y se hacen cuantas estaquitas sean posibles. Luego se llevan al túnel –casa de tapado- donde ellas van emitir sus primeras raíces en aproximadamente dos meses y medio.
A partir de ese momento se pasan para las bolsitas donde van a desarrollarse como posturas hasta alcanzar las 5 o 6 pares de hojas para llevarlas a las áreas de siembra. Este método, sencillamente, es conocido por transferencia tecnológica, con resultados productivos muy buenos.
Hasta el momento, la UBPC “La Calabaza” alcanza niveles similares de supervivencia a los que obtienen las Estaciones Experimentales en el país.
Con esos métodos y la labor sistemática de conservación del suelo, esta unidad productora del Segundo Frente estará en condiciones de alcanzar su potencial productivo en el año 2018, y no en el 2020 como se había comprometido.
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