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Santiago de Cuba, 13 jul.— La ciudad se alista para la fiesta mayor de julio e integra en su haber a tres congas centenarias, Los Hoyos, Paso Franco y Guayabito. De hecho, la primera, ya no participa en la competencia del carnaval desde el 2002, año que marcó su centenario.
Tiene sus antecedentes en el siglo XIX y
en sus inicios adopta el nombre de "Hijos del Cocoyé", para homenajear a
la sociedad Tumba Francesa, de igual nombre en la barriada de mayor
influencia africana en Santiago de Cuba. Sus cantos se distinguen por el
estribillo: "Abre que ahí viene el Cocoyé, cuidao que te arrollo".
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La conga Paso Franco tiene su sede en la parte suroeste de la ciudad, en la famosa calle Trocha; también con integrantes que hicieron época en la historia del carnaval como lo fue su antiguo director, Eladio Pérez, Tatica, y Nino Videaux, fundador muy renombrado. Surgió en 1911 como un desprendimiento de la comparsa El Tivolí. Desde ese momento ha mantenido el tradicionalmente golpe de Columbia; resalta siempre por los colores azul, blanco y rojo en el vestuario de sus bailadores, lo cual provoca un fuerte contraste con el ritmo que interpreta. En esta comparsa se incorporan el caballito, la muerte en cueros, la muñeca y otras máscaras a pie.
Tanto Los Hoyos como Paso Franco tienen el Premio Memoria Viva, otorgado por el Centro de Investigaciones en Cuba, “Juan Marinello”.
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El guayabito infantil, ha recreado sus orígenes de forma recurrente para mantener vivas las raíces de cubanía. Con 128 integrantes, expone los elementos tradicionales, pero en la edad infantil: rumberas, chancleteras y máscaras.
La conga como agrupación constituye una raíz ineludible del quehacer cultural santiaguero. Sus instrumentos iniciales fueron una conga pilón, bocúes, un cencerro y un güiro. Con el paso del tiempo se acompañaron con dos congas redoblantes sustituyendo el cencerro y el güiro por las campanas.
Este ritmo se toca además con otros instrumentos típicos: el requinto y su complemento, hasta 10 bogues o tambores; el quinto que tiene gran importancia en la sonoridad, muy particular en el caso de "Los Hoyos"; a la percusión le continúan tres campanas metálicas seleccionadas con toques especiales.
Además de las tres congas centenarias, Santiago de Cuba exhibe con orgullo sus congas San Agustin, Alto Pino y San Pedrito, que tienen fuerza y multitud de seguidores durante todo el año y en especial, en sus carnavales, fiesta mayor de la ciudad y Patrimonio de la Cultura Cubana.
Según algunos investigadores la conga cuenta con una historia bastante oscura y origen prácticamente desconocido y afirman que este ritmo tiene su paradigma en el barrio santiaguero de Los Hoyos, asentamiento del grueso de la población negra y mestiza de Santiago de Cuba, el cual recibió también el influjo de los emigrantes franco-haitianos a finales del siglo XVIII; pero otros atestiguan que llegó desde la zona matancera y es aquí en esta geografía cubana donde revalidó su identidad ya no solo como parte de la cultura popular sino como un hecho social trascendente.
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