Plaza de la revolución

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viernes, 1 de enero de 2016

Editorial: Otra vez ¡Viva Cuba Libre!


Otra vez ¡Viva Cuba Libre! Santiago de Cuba, 1 ene.— La Revolución cubana no fue un golpe de suerte ni una aventura, ni un proyecto impensado, sino que fue producto de un largo proceso de concientización de nuestro pueblo, cuando éste todavía estaba en embrión y nisiquiera se había forjado la nacionalidad, mezcla de la unión de los colonialistas españoles y los esclavos africanos que fueron traídos desde lejanas tierras a la fuerza, pero que siempre quedó en ellos el germen de ser libres, condición que les había sido arrebatada.

Fue Carlos Manuel de Céspedes y un grupo de patriotas criollos que se aglutinaron a su alrededor, los primeros de cuya sangre brotó ese germen libertario y se lanzaron el 10 de octubre de 1868 a conquistar la independencia del colonialismo español, como deuda de gratitud hacia aquellos que fueron arrancados de sus patrias, y con su sangre y sudor habían forjado una nueva, pero esclava como ellos.

Hubo entonces un largo camino que recorrer, mucho que luchar y mucha sangre que derramar, para que se cumplieran los sueños de Céspedes y los que le secundaron aquel 10 de octubre o después, como José Martí y Antonio Maceo, de los cuales nuestro pueblo siguió heredando de uno el patriotismo y del otro la intransigencia y el valor para luchar toda la vida si fuese necesario.

Pero como expresara el propio José Martí: "A las estrellas no se sube por caminos llanos", mientras que el Titán de Bronce, Antonio Maceo dejaría un mensaje a las nuevas generaciones de cubanos que: "la libertad no se mendiga sino que se conquista con el filo del machete"

Los jóvenes de la Generación del Centenario en 1953 siguieron exactamente ese legado y en la madrugada santiaguera del 26 de Julio de ese año, se lanzaron nuevamente a conquistar el cielo por asalto para tomar el Cuartel Moncada, y arrebatarle a los malos cubanos representados por el dictador Fulgencio Batista, la libertad no conquistada en casi 100 años de lucha y dejándole bien claro, como lo hizo Antonio Maceo en Mangos de Baraguá en 1868 al mando español: "Que sin la independencia no habría paz"

Esa paz que representaba la independencia y la libertad por fín fue alcanzada el Primero de Enero de 1959 con el triunfo de la Revolución Cubana, la misma que se había iniciado en 1868, continuara en 1895 y ahora tenía al fin su victoria, alcanzada por el Movimiento 26 de Julio y el Ejército Rebelde, con el Comandante en Jefe Fidel Castro al frente, como digno representante de este pueblo y de aquellos mambises que tanto lucharon por un sueño así.

Esa Revolución es la que ahora cumple 57 años y lo hace con la vitalidad de un niño que acabara de nacer porque esa fuerza nos la da en primer lugar, la libertad que disfrutamos desde entonces, y en segundo lugar, la dignidad que significa hoy ser hijo de esta pequeña isla del Caribe llamada Cuba.

A Carlos Manuel de Céspedes le debemos la honra de tener una patria. Al Titán de Bronce, Antonio Maceo la valentía y la intransigencia para no dejarnosla arrebatar por ningún enemigo. A José Martí, el pensamiento revolucionario y la inspiración para no dejar jamás de luchar. A todos los que generación tras generación lucharon y cayeron, el agradecimiento por su inmortal gesto. Y al Comandante en Jefe Fidel Castro, el haber resumido en su conducta revolucionaria e inquebrantable, su lealtad a la patria, a la libertad, el que seamos hoy verdaderamente libres.

El Comandante en Jefe Fidel Castro llevó, lleva y llevará por siempre en sí, el decoro de un pueblo que este Primero de Enero de 2016 lo tendrá presente, no sólo en el recuerdo sino también en su legendaria figura, en el corazón de cada revolucionario cubano, el deseo ardiente de que siempre esté entre nosotros y sobre todo en su querido Santiago, para en fecha como esta seguir proclamando un año más de victoria de la Revolución y gritar para que se oiga en todo el mundo otra vez: ¡Viva Cuba Libre!

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