Plaza de la revolución

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miércoles, 4 de noviembre de 2015

El amor y la vocación para cultivar vidas


El amor y la vocación para cultivar vidasPor Miralis Despaigne Pineda

Palma Soriano, Santiago de Cuba, 4 nov.— El sistema de salud cubano constituye uno de los grandes logros de la Revolución Cubana pensada con todos y para el bien de todos, por lo tanto es fundamental que las actuales estrategias de formación de las generaciones de médicos en la isla  cultiven y fortalezcan aún más el amor y la vocación como parte inseparable de la profesión.

Luego de 56 años de Revolución, la medicina cubana sigue siendo una de las prioridades de este proceso. Por lo tanto, resulta un imperativo, ético y moral que las motivaciones más nobles de hoy continúen moviendo el comportamiento de las generaciones de los  médicos cubanos.

Los siguientes despertares para Cuba dependen precisamente de cuan comprometidos estemos con nuestras profesiones.

Ser médico no debe convertirse en una alternativa que no sea la de ser mejores seres humanos, un acto de entrega total a una misión que siempre se ha alimentado del sentido de pertenencia, dedicación, humanismo y solidaridad. Es por ello, que las actuales estrategias de formación vocacional se encaminan a una tarea que debe ser interminable.

En Palma Soriano durante los últimos cinco años han egresado de las facultades y filiales de medicina miles de médicos y estomatólogos en las diferentes especialidades. Y actualmente las aulas de la salud cuentan con alrededor de 800 estudiantes de medicina y estomatología.

Tan importante es la cantidad como la calidad. Lo que determina es el compromiso con una profesión en la que siempre se debe dar más de si mismo, pensar en el bienestar del prójimo y amarlo como así mismo.

Queda claro que la dicha del pueblo cubano radica en la voluntad de sus hombres. De ahí emana la posibilidad de un futuro cada vez mejor.

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