Plaza de la revolución

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miércoles, 1 de julio de 2015

Esfuerzo de forestales proporciona beneficio social en Santiago


Por María Antonia Medina Téllez

Santiago de Cuba, 1 jul.— Varios objetos de obra concluyen los obreros forestales de Santiago de Cuba, empeñados en hacer lucir más linda y vital para sus habitantes a la otrora villa que celebrará, el venidero 25 de julio, el medio milenio de fundada.
 
Son nuevos espacios dedicados a la recreación que ofrecerán sus primeros servicios en el presente verano, más la reconstrucción total de antiguas edificaciones que favorecen con casas a numerosas familias.
  
Francisco Sánchez, director de la Empresa Forestal Integral Gran Piedra Baconao del territorio, dijo que entregaron más de 300 metros cúbicos de madera dedicados a las inversiones, con fuerza y materiales de esta entidad y certificación de calidad.
   
Participan en más de una treintena de acciones que incluyen en el Parque de los Sueños (unión del parque zoológico y el de diversiones) el espacio de equitación, guateque, casa del juguete cubano, 19 picnics, almacén, casa del té, pajarera y techos de una pizzería.
  
La mayoría de las obras dedicadas al  aniversario 500 de la otrora villa y los 62 años del asalto al Cuartel Moncada tienen el protagonismo de quienes tiran la madera de los intrincados montes, carpinteros y aserradores que adecuan espacios para hacer funcionar modernos o rústicos instrumentos de labor.
   
Pero el mayor orgullo de esos trabajadores es la reconstrucción de lo que fue una casa de comercio del siglo XVIII, en calle Heredia, esquina a San Félix, anillo fundacional de la urbe, que detiene obligatoriamente a los  transeúntes.
 
En su segunda planta vivían casi 17 núcleos familiares en un área de 392,11 metros cuadrados y ahora serán seis modernas viviendas con  piso de mosaico, paredes de mampostería redes hidrosanitarias, nuevos techos, cocinas y baños independientes y cisterna.
 
Leonor Aportela, proyectista general de la obra, se refirió a lo evidente del hacinamiento y precariedad de los antiguos apartamentos, por lo que dictaminaron que solo seis familias podían permanecer allí y al resto de los moradores el Gobierno entregó nuevas casas en otros sectores.
   
Si bien pensaron usar la planta baja como Bar Bohemio, pues su frente es la tradicional Casa de la Trova y otras entidades culturales, decidieron conservar la historia y su uso como Casa del Queso, ahora con un espacio para elaborarlo artesanalmente.
 
Por su céntrica localización y regulaciones urbanísticas, el inmueble sigue con fachada de madera similar a la original, aunque se combinó con hormigón para fortalecer las estructuras que dejan esa arquitectura en forma de O y patio interior.
 
Arístides Elías, jefe de la brigada de obras rústicas de la Empresa Forestal, mencionó la demolición del 50 por ciento del edificio, desmonte de vigas y otros manualmente a golpe de mandarrias, picos y barretas que arrojaron 600 metros cúbicos de escombros.    

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