Las guerras independentistas de Santiago

Por Dayron Chang Arranz
 

Nuestra búsqueda nos condujo al Archivo de Santiago de Cuba. En el trayecto nos encontramos documentos pertenecientes a la familia  Maceo Grajales y otros a Emilio Bacardí. Estos comparten lugar con evidencias sobre el Alzamiento de los Independientes de Color. La historia del monumento tambien nos revela su oscuro pasado como Real Cárcel de Santiago, en la cual estuvieron retenidos antes de morir algunos patriotas como los expedicionarios del Virginius y Perucho Figueredo.

En los treinta años de lucha por la independencia nacional de la segunda mitad del siglo XIX Santiago de Cuba tuvo una participación protagónica.

Durante la Guerra de los Diez años aunque la historiografía tradicional no ha insistido suficientemente en ello también en esta ciudad se gestó conspiraciones. En el año 1867, por ejemplo hubo una revuelta frustrada en la Real Cárcel de Santiago, antecedente de lo que ocurrió luego en 1868.

Durante los años de esa primera contienda se convertiría en una ciudad prisión. Era una villa completamente fortificada con el fin de evitar el apoyo insurrecto y asi impedir la ayuda de los santiagueros en la guerra.

Aun así la participación de los santiagueros fue notable. En ese contexto se debe resaltar a hombres como Donato Mármol, quien dirigió la División Cuba, la cual fue integrada por una pléyade de patriotas y generales.

Durante este periodo de la guerra grande hay que resaltar la personalidad de Antonio Maceo y hombres que junto a él estuvieron en la Protesta de Baraguá, defendiendo la dignidad de los cubanos.

En el período de la Tregua Fecunda o de Reposo Turbulento también hubo aportes importantes a la lucha. La Guerra Chiquita, por ejemplo, es una acción que surge fundamentalmente en Santiago de Cuba encabezada por Guillermón Moncada.

Hay que recordar que en 1890 Maceo prepara la conspiración conocida como Paz del Manganeso donde recibió el respaldo y apoyo de los santiagueros quienes también apoyaron el proyecto liderado por Martí en la figura de Rafael Portuondo Tamayo y Guillermón Moncada, máxima figura de la insurgencia de 1895.

Para los años ya de Guerra Necesaria debe recordarse que al mando del Mayor General Antonio maceo se llevó a cabo la Invasión de Oriente a Occidente con muchos hombres salidos de estas tierras. Mientras tanto la ciudad sufría la represión con el asedio de la guerra y la reconcentración de Weyler.

No obstante fue en Santiago donde pio rosado desafió a las autoridades hispanas en plena guerra grande; donde guardaron presidio luchadores como Ramón Leocadio Bonachea, Limbano Sánchez y donde termino expuesto además el cuerpo atropellado del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes.

Fueron igualmente dos santiagueros: Mayía Rodriguez y Enrique collazo quienes firmaron junto a Martí la orden de alzamiento para cuba del 24 de febrero de 1895.

Casas, monumentos, tarjas nos recuerdan cada uno de estos pasajes. Basta caminar, por ejemplo la famosa Avenida de los Libertadores para advertir en el rostro de estos generales la esencia de una Ciudad Heroína.