Al regresar de su 50 Congreso, los técnicos azucareros de esta provincia trabajan por el elevar su papel en el actual período de reparaciones. Precisamente, ahí está la esencia para dar cumplimiento a los programas de desarrollo que tiene por delante la agroindustria azucarera en el país. Si en definitiva, se llevan a cabo las buenas experiencias no habrá dudas de que la producción de azúcar y sus derivados saldrán adelante.
Lógicamente, ello encierra un gran reto entre los hombres y mujeres de la Asociación de Técnicos Azucareros santiaguera, pues se tendrán que trabajar muy duro para llevar felizmente a vía de hecho las aspiraciones productivas.
Contrariamente a lo que muchos piensan que el azúcar se hace en los centrales, hoy los técnicos azucareros tienen que multiplicar los esfuerzos por incrementar los rendimientos agrícolas cañeros. Por eso es tan importante no solo en la producción de caña, sino en el resto de los eslabones industriales que cumplan con disciplina tecnológica lo que tienen que hacer en cada lugar.
Estamos en el momento preciso de la recta final de la siembra de caña y las reparaciones fabriles, del transporte automotor y ferroviario, actividades que el técnico estará obligado a velar con rigor. De ahí que la certificación que se haga tiene que cumplir todos los requisitos que conduzcan inexorablemente a certificar trabajos de calidad, con un total convencimiento moral y ético.
Corresponde al técnico azucarero enfrentar las dificultades que entorpecieron el proceso producido en la pasada zafra para su total erradicación. Solo así estaremos en condiciones de alcanzar resultados eficientes en la que se avecina.
Los técnicos azucareros, en su conferencia provincial, debatieron temas medulares que llevarán al 50 Congreso de la ATAC, la asociación cubana de más años de vida.
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