Cuando se cumplen este 20 de noviembre 22 años de la promulgación de la Convención Internacional de los Derechos de la Niñez, por las Naciones Unidas, que es el documento jurídico que protege a las niñas y a los niños del mundo, se destaca en Cuba el Proyecto de Divulgación de estos derechos para la niñez y la adolescencia que comienza su segunda década de labor por un grupo interdisciplinario que acciona con varias actividades a favor de la infancia.
Los círculos de interés constituyen una vía importante en la que se manifiesta este Tratado Internacional y a través de ellos las niñas y los niños cubanos aprenden, se preparan para su vida futura y dan rienda suelta a su imaginación.
Oscar, Talía, Milena, Alejandro, Helen y Rocío son integrantes desde el primer grado, hace cinco años, de uno de los círculos de interés que con este propósito funcionan en los colectivos pioneriles de esta sur oriental provincia y para ellos esta es una manera de hacer realidad sus derechos, porque aprenden cuáles son los suyos y su importancia, cómo deben hacerlos valer y sobre todo los reafirman ya que ellos tiene un nombre y una nacionalidad, se educan gratuitamente, tiene acceso a la salud desde antes de nacer, son protegidos ante desastres de cualquier índole, son escuchados, se informan, participan, opinan y se le tiene en cuenta, eligen a sus propios dirigentes estudiantiles entre otros muchos derechos.
Desde hace cinco años Maryluz Rodríguez Rondón es la responsable de este círculo de interés en el quinto grado de Ciudad Escolar “26 de Julio”, que se repite en cada colectivo pioneril santiaguero en pos de los derechos de las niñas y de los niños a desarrollar su capacidad mental, a la participación, al conocimiento y la información.
En conversación con ella nos precisaba que: “las doctrinas de José Martí fueron el motor impulsor para la creación de este círculo de interés y en cada encuentro discuten y evalúan la leyes, los artículos que aparecen en La Convención de los Derechos de la Niñez, cada uno pone ejemplos y lo más importante que realizamos presentaciones en diferentes escuelas, en las comunidades aledañas a la escuela, en las reuniones de padres y le llevamos junto con el conocimiento de sus derechos, la cultura a las niñas y niños enfermos.
Como Helen, Talía, Alejandro, Milena, Oscar y Rocío, las niñas y niños cubanos hacen valer sus derechos, una realidad que en nuestro país reafirma al Maestro en su empeño por la libertad plena de las niñas y los niños para que sean “hombres que digan lo que piensan, y lo digan bien: hombres elocuentes y sinceros”
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