Plaza de la revolución

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sábado, 26 de noviembre de 2011

Buscan jóvenes militares continuar estudios en la Universidad

Por Israel Hernández Planas

La educación cubana es uno de los baluartes de nuestro sistema social. Es en Cuba donde el que tiene ansias de superarse tiene a su disposición profesores preparados y materiales de estudio para alcanzar afanosamente su objetivo. Muchas unidades de las Fuerzas Armadas Revolucionarias no son la excepción.

Por lo general, la mayoría piensa a las unidades militares como sitios donde interesa lo relacionado con la defensa de la patria y muy cierta es esta representación. Sin embargo asistir en estos tiempos a una unidad es presenciar algo más que soldados marchando, en áreas de tiro y en puestos de observación.

Mientras unos cumplen con sus obligaciones del servicio activo, otros, lápiz en mano, doblan los esfuerzos y consolidan sus conocimientos de fórmulas matemáticas, análisis gramaticales y hechos históricos.

En Regimiento de Tropas Especiales de Santiago de Cuba decenas de jóvenes tienen la oportunidad de mantener frescos sus conocimientos docentes durante su  servicio militar, una facilidad que las Fuerzas Armadas Revolucionarias ponen a disposición de los que desean continuar sus estudios en la educación superior.

Es el caso del Sargento de Segunda Lázaro Roll Chacón. Este aplicado militar sueña con estudiar ingeniería eléctrica en la Sede Mella de la Universidad de Oriente. Por eso el servicio destacado que presta a su patria y su excelente comportamiento le han valido para ganar los favores de la Orden 18 del Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, disposición militar que le otorga el derecho a estudiar durante su servicio militar para presentarse a los exámenes de ingreso a la educación superior y lograr su meta de llegar a la universidad.

“No tuve la dicha de obtener una carrera universitaria en mi vida de civil. Por eso me creé el firme propósito de  con mi actitud ganarme la Orden 18 y poder intentarlo para ver si me veo sentado en las aulas de la Sede Mella de la universidad”, nos dice Roll Chacón, quien confiesa que es muy duro llevar la vida de estudiante conju8ntamente con la militar.

“Es algo bien complejo pues uno no puede dejar de lado sus responsabilidades como soldado y debe llevar muy al día sus tareas docentes. Por eso tras la guardia siempre me verás con un cuaderno en la mano pues no hay tiempo que perder”, espeta el sargento Roll.

Durante años la Orden 18 del Ministro de las FAR ha permitido que miles de cubanos cursen carreras universitarias una vez cumplido su periodo militar. Ahora una modificación fruto del  Noveno congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas hace que se ahorre tiempo en el periodo de instrucción para los que sean estimulados con la Orden 18.

Antes el joven que terminaba su preuniversitario e ingresaba a las FAR pasaba sus dos años de servicio militar y según su comportamiento al término del mismo le era conferido el honor de acogerse a la Orden 18, mediante la cual pasaba otro año completo dando clases propias del bachillerato en lo que se conocía como el Pre Militar. Tal proceso hacía que el joven estuviera desvinculado del estudio por tres años antes de recomenzar su vida estudiantil en la universidad. Hoy es otra historia

“Si pasado el primer año de servicio es soldado se gana el estímulo de la Orden 18, durante el segundo año de servicio militar  se le da el programa docente  previo a los exámenes de ingreso para que así no tenga que perder un tercer año sin estudiar. Al término de los dos años de Servicio Militar Activo puede ir a la universidad si aprueba los exámenes de ingreso requeridos para la entrada a la educación superior”, explica  la Master en Ciencias Xiomara Suárez Vinent, Profesora de la Orden 18.

Otro ejemplo son los jóvenes que prestan sólo un año de servicio porque tiene una carrera universitaria obtenida en los preuniversitarios. En estas unidades  los llamados diferidos no dejan de estudiar, pues en sus planes de deberes están los círculos de estudio y los repasos con profesores altamente calificados, para seguir elevando sus conocimientos  antes de llegar a la universidad.

“Me parece muy práctico la idea de dar clases alternando con nuestras funciones como militares pues no se me olvidan los conocimientos, los mantengo muy frescos y además recibo clases  orientadas a mi perfil futuro”, dice el soldado Nouris Rodríguez Castillo, diferido que obtuvo la carrera de medicina.

Así va la vida en varias unidades militares en Cuba. Es esta una demostración de las ansias de superación de cientos de miles de jóvenes cubanos,  una muestra de la integralidad de los miembros de las  Fuerzas Armadas Revolucionarias y sin dudas otro logro de la educación cubana.

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