Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 13 ago.— En la noche del 13 de agosto de 1957, hace hoy 61 años, cuando se disponían a participar en una acción revolucionaria un esbirro de la dictadura batistiana ultimó a balazos en el poblado pinareño de San Juan y Martínez a los hermanos de sangre y de lucha Sergio y Luis Monte de Oca, de 17 y 18 años de edad, respectivamente.
Los dos muchachos, nacidos en San Juan y Martínez, habían sido formados por sus padres en los más hermosos sentimientos patrios y desde muy niños conocieron la vida y obra del apóstol de la independencia de Cuba José Martí, a quien profesaban gran admiración.
Fue por ello que siendo todavía adolescentes comprendieron que la lucha era el único camino para buscar el bienestar de la patria y ese camino ambos lo escogieron, ya que incluso en su tiempo de estudiantes ocuparon cargos relevantes en las organizaciones de alumnos, donde se destacaron por sus principios y oratoria.
Luís, el mayor de ellos, había matriculado en 1955 la carrera de Derecho Civil en la Universidad de La Habana, mientras que Sergio, había terminado sus estudios de Bachiller de Ciencias y Letras, en julio de 1957 poco antes de su muerte.
Después de los sucesos del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba en apoyo al desembarco de la expedición del Granma, Luis y Sergio Saíz Montes de Oca se incorporaron al Movimiento 26 de Julio y pusieron todo su empeño y talento en función de organizar la lucha revolucionaria en el territorio de San Juan y Martínez.
Ambos jóvenes se destacaron en la huelga de agosto que tuvo lugar en Pinar del Río. Poco después fueron apresados por la fuerza de la tiranía y asesinados en plena vía pública en la noche del 13 de agosto de 1957, cuando apenas tenían 17 y 18 años de edad.
Con ese crimen que conmocionó a toda la población del Pinar del Río, la dictadura batistiana asesinó a dos inteligencias prometedoras, dos voluntades forjadas en el más puro pensamiento de su tiempo, para hacer de Cuba lo que es hoy: una patria libre y soberana.
61 años después de su asesinato recordamos a los hermanos Luís y Sergio Saíz Montes de Oca con un fragmento del documento ¿Por qué luchamos?, que ambos escribieron y que es considerado como su testamento político: “No tenemos más que nuestras vidas (…) las hemos depositado en los brazos de la revolución cubana, justa, grande, renovadora, honrada, socialista, sin más esperanzas que ver algún día cumplidos estos sueños”.
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