Por María Antonia Medina Téllez/Foto: Miguel Rubiera Jústiz
Santiago de Cuba, 31 jul.— Cientos de santiagueros, en representación de los cubanos, protagonizaron este lunes la tradicional peregrinación que evocó a los Mártires de la Revolución y reeditó el sepelio de Frank País y Raúl Pujols, asesinados hace 61 años por sicarios de la tiranía batistiana.
La manifestación que comenzó a las cuatro de esta tarde, en el céntrico Parque Céspedes, transitó por las mismas calles vinculadas a la despedida de los combatientes de la clandestinidad, hasta llegar al cementerio patrimonial Santa Ifigenia, de esta urbe, donde fueron sepultados el 30 de julio de 1957.
Entonces el pueblo enardecido por la injusticia cargó en hombros el cadáver de Frank vestido con el uniforme verde olivo y los grados de Coronel, desafiando a las fuerzas militares de la tiranía de Fulgencio Batista.
Desde 1959 esas arterias y el Paseo de Martí vibran al paso de la multitud para honrar a los miembros del Movimiento 26 de Julio y su jefe de Acción y Sabotaje, a quienes ofrecieron pétalos de rosas blancas y rojas.
Una enorme bandera cubana y otra del 26 de Julio custodiada por estudiantes y jóvenes abrieron la manifestación, que encabezó Lázaro Expósito, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y primer secretario en la provincia, junto a dirigentes del Gobierno y las organizaciones políticas y de masas.
A pesar de la tarde nublada e intervalos con lloviznas, pioneros, combatientes, compañeros de lucha de Frank y Pujols y santiagueros de todas las generaciones, entonaron cantos patrióticos y dijeron frases de reafirmación revolucionaria, mientras que en portales, balcones y fachadas flotaban banderas cubanas.
Recordar a Frank es un deber, es creer en el legado por el cual luchó hasta convertirse en líder y desempeñarse en el cargo de jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio, expresó a la ACN José Urgellés, metodólogo de Educación, quien asiste por más de 30 años a la peregrinación.
Este homenaje de pueblo dio conclusión a una patriótica jornada consagrada al Día de los Mártires de la Revolución, en la que los cubanos recordaron a los caídos en la última gesta de liberación nacional.
El 26 de julio de 1959, en el cuartel Moncada, el Consejo de Ministros acordó declarar el 30 de Julio Día de los Mártires de la Revolución Cubana, honrando así a todos los que ofrendaron su vida por la Patria y en defensa de sus sueños de justicia.
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