Santiago de Cuba, 5 ago.— Limpieza de vías fluviales, seguimiento tecnológico a las plantas de tratamiento de residuales y adquisición de nuevas para las industrias más contaminantes y los deshechos urbanos, sobresalen entre las medidas en desarrollo de la Tarea Vida en Santiago de Cuba.
José Zapata, jefe de la Unidad de Medio
Ambiente de la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente, declaró a la ACN que la ciudad y su bahía
son priorizadas en el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio
climático.
La urbe santiaguera, de alto valor patrimonial, ha sido y es la principal zona de contacto con el mar Caribe, su bahía es una de las principales del país junto a la de La Habana, El Mariel, Matanzas y Cienfuegos, pues dada la posición geográfica en el sureste sirve como punto crucial de entrada mercantil y de apoyo a la navegación, enfatizó.
En Santiago de Cuba una de las fortalezas es la alta potencialidad y capacidad de los recursos humanos, ya que la Universidad de Oriente posee un número elevado de carreras afines con estos temas y coexisten entidades científicas de gran importancia, como los centros nacionales de Investigaciones Sismológicas y de Electromagnetismo Aplicado, junto al de Biofísica Médica, comentó.
Zapata destacó que los problemas ambientales de las principales bahías cubanas son originados fundamentalmente por cuatro aportes contaminantes: vertimiento de aguas residuales de origen urbano y sin tratar, contaminación de los ríos que tributan a las bahías con desechos sólidos y otros elementos, vertimiento de líquidos industriales sin tratar, sobre todo hidrocarburos, y contaminación atmosférica.
Las medidas para mitigar o eliminar estos inconvenientes deben concebir siempre la actuación sobre las fuentes que los originan, agregó.
Enumeró entre los desafíos para resolver de manera priorizada trabajar aceleradamente por devolver la calidad al agua y ajustar el marco regulatorio a las nuevas exigencias, y educar a los sujetos en la responsabilidad ambiental.
El directivo subrayó que es fundamental la interrelación bahía-ciudad, como fue históricamente, teniendo este núcleo del litoral como centro del desarrollo, máxime si se valora como factor esencial en la generación de riqueza la acción del turismo, en el que la bahía desempeña un papel preponderante.
Hay que actualizar el esquema de desarrollo territorial, el cual tiene que prever los escenarios y proyecciones de todas las instituciones y usuarios, con la premisa de la sostenibilidad ambiental del ecosistema en la marcha de los procesos socioeconómicos, añadió.
La urbe santiaguera, de alto valor patrimonial, ha sido y es la principal zona de contacto con el mar Caribe, su bahía es una de las principales del país junto a la de La Habana, El Mariel, Matanzas y Cienfuegos, pues dada la posición geográfica en el sureste sirve como punto crucial de entrada mercantil y de apoyo a la navegación, enfatizó.
En Santiago de Cuba una de las fortalezas es la alta potencialidad y capacidad de los recursos humanos, ya que la Universidad de Oriente posee un número elevado de carreras afines con estos temas y coexisten entidades científicas de gran importancia, como los centros nacionales de Investigaciones Sismológicas y de Electromagnetismo Aplicado, junto al de Biofísica Médica, comentó.
Zapata destacó que los problemas ambientales de las principales bahías cubanas son originados fundamentalmente por cuatro aportes contaminantes: vertimiento de aguas residuales de origen urbano y sin tratar, contaminación de los ríos que tributan a las bahías con desechos sólidos y otros elementos, vertimiento de líquidos industriales sin tratar, sobre todo hidrocarburos, y contaminación atmosférica.
Las medidas para mitigar o eliminar estos inconvenientes deben concebir siempre la actuación sobre las fuentes que los originan, agregó.
Enumeró entre los desafíos para resolver de manera priorizada trabajar aceleradamente por devolver la calidad al agua y ajustar el marco regulatorio a las nuevas exigencias, y educar a los sujetos en la responsabilidad ambiental.
El directivo subrayó que es fundamental la interrelación bahía-ciudad, como fue históricamente, teniendo este núcleo del litoral como centro del desarrollo, máxime si se valora como factor esencial en la generación de riqueza la acción del turismo, en el que la bahía desempeña un papel preponderante.
Hay que actualizar el esquema de desarrollo territorial, el cual tiene que prever los escenarios y proyecciones de todas las instituciones y usuarios, con la premisa de la sostenibilidad ambiental del ecosistema en la marcha de los procesos socioeconómicos, añadió.
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