Plaza de la revolución

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sábado, 5 de agosto de 2017

Con música rindieron homenaje a Ñico Saquito ante su tumba

Por Leydis Tassé Magaña/Foto Miguel Rubiera Jústiz

Santiago de Cuba, 5 ago.— Con música, como tantas veces pidió en sus memorables composiciones, fue homenajeado este viernes ante su tumba, en el cementerio Santa Ifigenia, de esta ciudad, el popular trovador santiaguero Ñico Saquito, en el aniversario 35 de su desaparición física. En representación del gremio artístico de esta oriental urbe y de los Estudios Siboney de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, Grisel Gómez y el septeto Ecos del Tivolí depositaron una ofrenda floral ante la última morada de quien deseó que allí no lo recordaran con tristeza, sino con canciones cubanas con sabor a caña, tabaco y ron.
   
Gómez, acompañada por el septeto, interpretó el emblemático bolero En mi viejo Santiago, que se considera el testamento sonoro del Rey de la guaracha, quien pidió que ese tema fuera cantado en su entierro cuando bajaran el sarcófago hasta el sepulcro.
   
Un popurrí de sones, en el que no faltaron Cuidadito compay gallo, María Cristina y Chencha la gambá, canciones medulares del legado musical de Saquito, fue entonado por Ecos del Tivolí, que en los Premios Cubadisco 2017 ganó en la categoría Archivo-Compilación con el fonograma De mi viejo Santiago, un tributo al prolífico autor santiaguero.    
   
Bajo el sello de los Estudios Siboney, con producción de Jorge Luis Pujals y grabación de Máximo Espinosa, esa placa de 12 títulos, la mayoría inéditos, es un álbum doble: en un disco la voz de Saquito, quien ni en su lecho de muerte dejó de componer y cantar sus temas, y en otro, las interpretaciones de Ecos del Tivolí, agrupación con 25 años de existencia.

    Sobre ese fonograma, el destacado periodista cultural Pedro de la Hoz señaló este jueves en el periódico Granma: Debe considerarse una proeza de la industria discográfica santiaguera la limpieza, edición y digitalización de aquel material, que conserva el ambiente original de las tomas directas.
   
Nacido en esta urbe el 13 de febrero de 1901, Benito Antonio Fernández Ortiz, conocido como Ñico Saquito, fue un notable compositor, guitarrista e intérprete que estuvo muy vinculado a la trova, y cuyas creaciones tienen un sello picaresco  e ingenioso, en el que resalta el doble sentido que ha sido escuela para varios músicos cubanos contemporáneos.
   
En su fecunda vida artística sobresale la fundación de Los guaracheros de Oriente, conjunto que tuvo una gran acogida en Cuba, Puerto Rico y Venezuela en la década de 1950.
   
Ñico Saquito falleció en su amada ciudad santiaguera el 4 de agosto de 1982, y sus restos reposan en el Sendero de los trovadores, en la necrópolis de Santa Ifigenia, donde también descansan otros grandes del pentagrama musical en la Mayor de las Antillas como Miguel Matamoros, Pepe Sánchez y Compay Segundo.  

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