Santiago de Cuba, 26 jul.— Con la inauguración de la muestra Homenaje perpetuo, dedicada al aniversario 150 del natalicio de Sindo Garay, y al 45 del Movimiento de la Nueva Trova, se celebró en esta ciudad, el segundo aniversario del Museo de la Música Pablo Hernández Balaguer.
Tras ser exhibida este año en la edición
21 de los Premios Cubadisco y en el Simposio Sonoro de la provincia de
Ciego de Ávila, la exposición llegó a la institución santiaguera, donde
recibió como valores agregados una de las guitarras que pertenecieron a
Garay, su mascarilla mortuoria y otros objetos vinculados a la vida y
obra de ese prolífico autor.
Iván Quiñones, especialista del Museo Nacional de la Música, agregó que entre los aportes del centro Pablo Hernández Balaguer a la muestra están algunas instantáneas de conciertos de los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova en la urbe indómita, y fonogramas producidos aquí bajo el Sello de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales.
Quiñones significó la trascendencia que tiene la llegada de esa exposición a esta ciudad suroriental, cuna de la trova, el son y el bolero, y referente sonoro para Cuba y el mundo.
Mientras, Yuneysi González, directora del museo Pablo Hernández Balaguer, subrayó entre las acciones para festejar el segundo aniversario la inclusión de la fotografía del Maestro Enrique Bonne Castillo, Premio Nacional de la Música 2016, en la sala consagrada a las figuras que han recibido ese galardón.
Manifestó su satisfacción por la acogida que ha tenido esa institución desde su apertura el 24 de julio de 2015, como parte de la rehabilitación cultural en la Ciudad Héroe con motivo del aniversario 500 de la fundación de la villa de Santiago de Cuba.
Refirió que desde su inauguración el museo ha recibido más de 10 mil visitantes, entre ellos notables músicos cubanos como el Maestro Guido López Gavilán, y personalidades extranjeras de la cultura y la política.
Dividido en tres salas de conciertos y una polifuncional, y en cinco salas expositivas que atesoran 69 piezas, el Museo de la Música de esta urbe es depositario de joyas del patrimonio sonoro en la Isla como el violín personal del Maestro Electo Rosell (Chepín), quien fuera uno de los más importantes cultores del género popular bailable en el país.
Están allí, además, las primeras pailas que usó el rey del changüí, Elio Revé, y el violín personal del Maestro Laureano Fuentes, virtuoso de la música de cámara hecha en Cuba en el siglo XIX.
Iván Quiñones, especialista del Museo Nacional de la Música, agregó que entre los aportes del centro Pablo Hernández Balaguer a la muestra están algunas instantáneas de conciertos de los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova en la urbe indómita, y fonogramas producidos aquí bajo el Sello de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales.
Quiñones significó la trascendencia que tiene la llegada de esa exposición a esta ciudad suroriental, cuna de la trova, el son y el bolero, y referente sonoro para Cuba y el mundo.
Mientras, Yuneysi González, directora del museo Pablo Hernández Balaguer, subrayó entre las acciones para festejar el segundo aniversario la inclusión de la fotografía del Maestro Enrique Bonne Castillo, Premio Nacional de la Música 2016, en la sala consagrada a las figuras que han recibido ese galardón.
Manifestó su satisfacción por la acogida que ha tenido esa institución desde su apertura el 24 de julio de 2015, como parte de la rehabilitación cultural en la Ciudad Héroe con motivo del aniversario 500 de la fundación de la villa de Santiago de Cuba.
Refirió que desde su inauguración el museo ha recibido más de 10 mil visitantes, entre ellos notables músicos cubanos como el Maestro Guido López Gavilán, y personalidades extranjeras de la cultura y la política.
Dividido en tres salas de conciertos y una polifuncional, y en cinco salas expositivas que atesoran 69 piezas, el Museo de la Música de esta urbe es depositario de joyas del patrimonio sonoro en la Isla como el violín personal del Maestro Electo Rosell (Chepín), quien fuera uno de los más importantes cultores del género popular bailable en el país.
Están allí, además, las primeras pailas que usó el rey del changüí, Elio Revé, y el violín personal del Maestro Laureano Fuentes, virtuoso de la música de cámara hecha en Cuba en el siglo XIX.
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