Plaza de la revolución

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jueves, 20 de abril de 2017

Masacre en Humboldt 7

Por Armando Fernández Martí

Santiago de Cuba, 20 abr.— El 20 de abril de 1957, un mes y siete días después del asalto al Palacio Presidencial y la Toma de Radio Reloj, debido a una cobarde traición, fuerzas represivas de la tiranía batistiana al mando del sanguinario coronel Esteban Ventura, asesinaron a cuatro jóvenes revolucionarios participantes en esas acciones, que se ocultaban en un apartamento del edificio ubicado en la calle Humboldt 7 en La Habana.

Esos jóvenes fueron Fructuoso Rodríguez, de 23 años de edad, estudiante de la Facultad de Agronomía; Joe Westbrook, de 19 años y José Machado de 24, ambos estudiantes de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de La Habana; así como Juan Pedro Carbó Servía, de 30 años de edad, graduado de médico veterinario en 1923, pero mantenía vínculos revolucionarios en el Alma Mater capitalina.

Tanto Fructuoso como sus demás compañeros pertenecían a la Dirección Nacional de la Federación Estudiantil Universitaria, fueron fundadores del Directorio Revolucionario Estudiantil, y los cuatro viajaron a Méjico junto a José Antonio Echeverría cuando se firmó la Carta de Méjico con el Movimiento 26 de Julio, representado por el Doctor Fidel Castro Ruz, estableciendo los compromisos de lucha de la juventud estudiantil con la libertad de la patria.

A la muerte de José Antonio Echeverría el secretariado nacional de la Federación Estudiantil Universitaria designó a Fructuoso Rodríguez para sustituirlo en la presidencia de la organización, asumiendo además, la responsabilidad de secretario general del Directorio Revolucionario Estudiantil, brazo armado de la FEU para la lucha revolucionaria contra el régimen dictatorial.

El 13 de marzo de 1957, Fructuoso Rodríguez y Joe Westbrook estuvieron junto a José Antonio Echeverría durante la acción de Radio Reloj, mientras que José Machado y Juan pedro Carbó Servía integraron el comando que asaltó el Palacio Presidencial, siendo este último herido en un pie. Tras esos hechos todos tuvieron que pasar a la clandestinidad cambiando constantemente de refugios.

Sobre las cinco de la tarde del 20 de abril de 1957, un traidor delató el sitio donde se encontraban los jóvenes revolucionarios que a pesar de la resistencia que hicieron no pudieron escapar del edificio de Humboldt 7, siendo masacrados sin piedad por los esbirros.

En los momentos de su muerte Fructuoso Rodríguez como presidente de la FEU y máximo dirigente del Directorio Revolucionario, redactaba un documento proclamando la continuación de la lucha contra la dictadura y trabajar en la apertura de un nuevo frente guerrillero en El Escambray como había sido acordado con Fidel en la Carta de Méjico.

Hoy 60 años después de la masacre de Humboldt 7 la patria y fundamentalmente la juventud estudiantil, rinden homenaje a los mártires de esa gloriosa jornada y levantan su ejemplo como bandera, para mantener viva la revolución que ellos abonaron con su sangre generosa.

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