Santiago de Cuba, 2 oct.— Cuando el huracán Matthew se aproxima a la región oriental de Cuba, ya en fase de Alerta Ciclónica, son visibles las iniciativas de los pobladores santiagueros para mitigar los efectos de esos eventos meteorológicos.
Ahora se prioriza el refuerzo de los
inmuebles y obras en construcción, seguramente por la lección aprendida
en un territorio muy afectado por el ciclón Sandy, en octubre de 2012,
con pérdidas económicas por más de cuatro mil 700 millones de pesos,
daños severos al fondo habitacional y a la agricultura, sobre todo.
Gilberto Romero, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial, informó del cierre técnico de las inversiones que se ejecutan en las diferentes ramas, mientras que las brigadas de poda e ingenieras, con sus equipos, trasladan materiales y dejan limpias esas áreas.
Especialistas del Grupo Empresarial de la Construcción (GECONS) asesoran al sector estatal y residencial en el aseguramiento de los bordes y elementos de cierre de las edificaciones, áreas vulnerables a los vientos típicos de esos fenómenos meteorológicos.
Destacaron la disciplina con que se ha asumido la tarea, imprescindible en propiedades de cubiertas ligeras donde priorizan su resguardo con láminas acanaladas de fibrocemento o de zinc, canalones o tejas, incluso con la ubicación de pesos provisionales en sitios frágiles como aleros, esquinas y portales.
Sacos llenos de gravilla o arena se ubican uniformemente en puntos de apoyo, explicaron vecinos del Reparto Chicharrones, en esta ciudad, muchos beneficiados con nuevas cubiertas y que deben cuidar para evitar pérdidas materiales por motivos previsibles.
Argumentaron, además, que a las edificaciones con paredes de madera se les debe pasar a todo lo largo de la construcción tensores de alambres dobles estirados, los que proporcionan más seguridad.
Aunque con cintas adhesivas no garantizan total resistencia, si se ofrece seguridad y se evita la dispersión de vidrios rotos, es por eso que ventanas y puertas, principalmente de cristal, necesitan tener dispositivos de fijación gruesos a ambos lados.
Ante la inminencia del paso del huracán Matthew por esta oriental provincia, se cumple con la preparación teórico y práctica del Ejercicio Meteoro 2016, que definió el pasado mayo fortalecer la capacidad para enfrentar huracanes, sismos de gran intensidad, sequías y desastres de origen sanitario.
Gilberto Romero, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial, informó del cierre técnico de las inversiones que se ejecutan en las diferentes ramas, mientras que las brigadas de poda e ingenieras, con sus equipos, trasladan materiales y dejan limpias esas áreas.
Especialistas del Grupo Empresarial de la Construcción (GECONS) asesoran al sector estatal y residencial en el aseguramiento de los bordes y elementos de cierre de las edificaciones, áreas vulnerables a los vientos típicos de esos fenómenos meteorológicos.
Destacaron la disciplina con que se ha asumido la tarea, imprescindible en propiedades de cubiertas ligeras donde priorizan su resguardo con láminas acanaladas de fibrocemento o de zinc, canalones o tejas, incluso con la ubicación de pesos provisionales en sitios frágiles como aleros, esquinas y portales.
Sacos llenos de gravilla o arena se ubican uniformemente en puntos de apoyo, explicaron vecinos del Reparto Chicharrones, en esta ciudad, muchos beneficiados con nuevas cubiertas y que deben cuidar para evitar pérdidas materiales por motivos previsibles.
Argumentaron, además, que a las edificaciones con paredes de madera se les debe pasar a todo lo largo de la construcción tensores de alambres dobles estirados, los que proporcionan más seguridad.
Aunque con cintas adhesivas no garantizan total resistencia, si se ofrece seguridad y se evita la dispersión de vidrios rotos, es por eso que ventanas y puertas, principalmente de cristal, necesitan tener dispositivos de fijación gruesos a ambos lados.
Ante la inminencia del paso del huracán Matthew por esta oriental provincia, se cumple con la preparación teórico y práctica del Ejercicio Meteoro 2016, que definió el pasado mayo fortalecer la capacidad para enfrentar huracanes, sismos de gran intensidad, sequías y desastres de origen sanitario.
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