Por Bárbara Aroche CuadroSantiago de Cuba, 19 jul.— Privilegiadas son las personas que llegan a la tercera porque han podido disfrutar de todas las etapas de la evolución personal que incluye la protección económica de los padres, el proceso de socialización, su primer día en la escuela, su inserción en un centro de trabajo, la responsabilidad de un hogar y más tarde la educación y el cuidado de hijos y nietos.
En Cuba la población ha venido
envejeciendo a partir de la consolidación de su sistema de salud el que
no ha dejado brecha alguna para defender estrategias integrales de
atención para el adulto mayor.
Detenernos a meditar en como actualmente tratamos a los abuelos es un tema de gran importancia por cuánto se conoce que existe en los jóvenes una tendencia a olvidar su compromiso con quienes en su momento ofrecieron todo de sí para que ellos fueran felices y que durante muchos años sostuvieron a la familia desde lo material y que ha llegado el momento de merecer descanso, gratitud y protección.
Pero se da el caso que ahora se encuentran con la soledad y hasta el desprecio, de esta forma se comete el pecado de no acordarse del tiempo pasado y no le retribuyen con tanto amor lo que ellos les ofrecieron.
Sabemos que cuando se llega a esta edad los ancianos se hacen frágiles como los niños y los hogares deben convertirse en su remanso y no en su tortura, se debe crear un ambiente de deseo de estar unidos en familia para que la vejez sea llevadera a los que han acumulado mas experiencia.
De esta manera la sociedad y la familia se han de responsabilizar por el cuidado y la protección de sus ancianos pero sobre todo, la juventud la que en su futuro llegará al mismo estadio evolutivo y presentará idéntica situación que sus abuelos y querrán ser tratado de forma diferente.
Se ha de ser consecuente con la generación que nos antecedió y ofrecerle amor, cuidado, protección y sobre todo mucho respeto, como parte de los valores en los que han sido educados por generaciones nuestros jóvenes.
Detenernos a meditar en como actualmente tratamos a los abuelos es un tema de gran importancia por cuánto se conoce que existe en los jóvenes una tendencia a olvidar su compromiso con quienes en su momento ofrecieron todo de sí para que ellos fueran felices y que durante muchos años sostuvieron a la familia desde lo material y que ha llegado el momento de merecer descanso, gratitud y protección.
Pero se da el caso que ahora se encuentran con la soledad y hasta el desprecio, de esta forma se comete el pecado de no acordarse del tiempo pasado y no le retribuyen con tanto amor lo que ellos les ofrecieron.
Sabemos que cuando se llega a esta edad los ancianos se hacen frágiles como los niños y los hogares deben convertirse en su remanso y no en su tortura, se debe crear un ambiente de deseo de estar unidos en familia para que la vejez sea llevadera a los que han acumulado mas experiencia.
De esta manera la sociedad y la familia se han de responsabilizar por el cuidado y la protección de sus ancianos pero sobre todo, la juventud la que en su futuro llegará al mismo estadio evolutivo y presentará idéntica situación que sus abuelos y querrán ser tratado de forma diferente.
Se ha de ser consecuente con la generación que nos antecedió y ofrecerle amor, cuidado, protección y sobre todo mucho respeto, como parte de los valores en los que han sido educados por generaciones nuestros jóvenes.
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