Plaza de la revolución

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martes, 4 de marzo de 2014

Mariana Grajales, la viejecita gloriosa que acarició a José Martí como a un hijo más (I)

Por Yulia Nela González Bazán

Para tener una idea justa de la admiración de José Martí por Mariana Grajales y la familia Maceo es indispensable remitirse a sus crónicas en el periódico Patria. Fue el viaje del apóstol a Jamaica, cuando conoció a Mariana Grajales en Kingston en octubre de 1892, el que mayor información aportó sobre la estancia de esta gran mujer en esa tierra.

Emigración que alejó a la madre de los Maceo de su querida patria cuando esta veía truncado el añorado sueño de independencia. Sueño que llevó a Mariana Grajales junto a su familia a protagonizar uno de los episodios más gloriosos de la historia de Cuba. Para ilustrarlo son necesarias algunas reflexiones al respecto.

A partir del alzamiento de Mariana Grajales Cuello y su familia junto a los mambises redentores convocados por Carlos Manuel de Céspedes en la Demajagua el 10 de octubre de 1868, comienza la Estirpe heroica una vida trashumante y difícil por los campos de Cuba. Formaban parte de las tropas del Ejército Libertador sus 10 hijos varones y su esposo Marcos Maceo.

Desafiando las inclemencias de los bosques, montañas y ríos, Mariana junto a sus hijas, María Cabrales y el pequeño Marcos, se movía detrás de la ruta de su hijo  Antonio. Se mantiene erguida en la manigua, alentando al combate por la independencia, con el vigor exclusivo de su identidad, escribiendo sus propias páginas de gloria.

Sus armas no eras balas ni machetes, eran el incendio de su alma y la caricia de su mano ante el cubano adolorido. Todos eran sus hijos. Ágil y viva para subir montañas, activa y de iniciativas propias, de criterio independiente como la líder espiritual que era, de sentimientos muy elevados, a pesar de ir viendo caer a su esposo Marcos, a sus hijos Justo y Miguel.

Al respecto Martí expresó:

“¿Su marido, cuando caía por el honor de Cuba no la tuvo a su lado? ¿No estuvo ella de pie, en la guerra entera, rodeada de sus hijos? ¿No animaba a sus compatriotas a pelear, y luego, cubanos o españoles, curaba a los heridos? ¿No fue sangrándose los pies, por aquellas veredas, detrás de la camilla de su hijo moribundo, hecha de ramas de árbol? ¡Y si alguno temblaba, cuando iba a venirle al frente el enemigo de su país, veía a la madre de Maceo con su pañuelo a la cabeza, y se le acababa el temblor!”

Estuvo Mariana junto a su hijo Antonio y María Cabrales, en el campamento de Tibisial cuando este conoció la infausta noticia del Pacto del Zanjón. Junto a él se mantuvo en estos difíciles días cuando su hijo protagonizó la histórica Protesta de Baraguá.

Luego Maceo, conociendo a su madre, ante la inminente necesidad de la salida de la familia al extranjero, en carta enviada al capitán Manuel Romero, con fecha 30 de abril de 1879, expresa:

“Previendo todo lo que pueda suceder y queriendo evitar que la familia siga pasando trabajos, me he resuelto a mandarla para Cuba, con el fin de que desde allí, pasen al extranjero; pero no siendo conveniente que todos marchen juntos he determinado que María y mamá, marchen enseguida, para que el

resto lo haga tan pronto como llegue José a donde están Uds. Si mamá presentase algún inconveniente para salir dejando por detrás a los otros, persuádala Ud, y haga que marche acompañada de María…”

"El bolón es grande y mamá debe preparar la manera más fácil de alejarse de Cuba" dice Maceo en este propio documento, y ciertamente la familia había

crecido en la manigua. En tal sentido Maceo prevé que Mariana podría oponerse a salir ella y dejar atrás a sus familiares. La conoce bien y sabe que ella es muy firme en sus decisiones y por tanto le pide a su cuñado que la convenza.

Fue la familia de Mariana Grajales de las primeras en alzarse y de las últimas en abandonar la lucha. En Mayo de 1878 se produce el último combate de la guerra del 68, y en ese propio mes sale primero Maceo y luego Mariana y su familia hacia Kingston, Jamaica, donde forman parte de una abundante

emigración resultante de la Primera Guerra de Independencia contra España.

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