Santiago de Cuba, 21 ene.— Hasta inicios del siglo XX la administración provincial de Oriente radicó en el mismo edificio donde se asentaba la instancia municipal. Sin embargo evidencias de la época demuestran la existencia de un proyecto de renovación de la edificación de la autoría del arquitecto Carlos Segrera fechado en 1913.
Con el paso de los años se hizo evidente la necesidad de una edificación independiente para la sede del gobierno provincial para el cual se escoge el solar y se efectúa un concurso, en el cual se evalúa y aprueba el proyecto "ROMA", de Carlos Segrera en el año 1915, según lo expresan las arquitectas Martha Lora Álvarez y Carmen Lemos Frómeta en su libro "Carlos Segrera Arquitecto Iniciador del progreso arquitectónico y urbanístico de Santiago de Cuba en el siglo XX".
Sin embargo pasan 7 años, fallece el arquitecto Segrera, y tres meses después se retoman las acciones para la construcción del Gobierno Provincial. Obra que no estuvo exenta de contradicciones y fraudes, muy comunes en la época. Finalmente el 23 de junio de 1926 es inaugurado el edificio, en acto al cual asistió el residente de la República Gerardo Machado.
El palacio constituye un volumen único de planta rectangular, perfectamente adaptado a la topografía del lugar donde se encuentra emplazado. Su diseño se corresponde con el eclecticismo donde están presentes elementos del renacimiento.
En el edificio se percibe la unidad entre los elementos compositivos y figurativos. Sus fachadas laterales transmiten movimiento, y sus interiores guardan unidad de estilo con la imagen exterior. Se entremezclan elementos de la arquitectura griega, romana, renacentista y barroca, que dan como resultado una composición coherente del todo y sus partes.
El Palacio Provincial de Gobierno resultó la representación material arquitectónica de los tiempos que comenzaban, al quedar atrás más de tres siglos de coloniaje. Es la expresión del poder político de una nueva clase que buscaba estar sólidamente simbolizada en la ciudad.
Hoy este edificio es reconocido como una joya arquitectónica de Santiago de Cuba, y es motivo de admiración para citadinos y visitantes.
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