Autor: José Raúl Castillo Argüelles
Holanda se
confirmó como verdugo de Cuba al dejar al campo a nuestro equipo 7
carreras por 6 en el juego decisivo por un boleto hacia la semifinal del
III Clásico Mundial de Beisbol que tendrá lugar en la ciudad
estadounidense de San Francisco y elló marcó el adiós para la tropa de
Víctor Mesa, cuya actuación cierra con el capítulo disputado en Tokio, la capital japonesa.
Fue
un juego peleado por ambos bandos de principio a fin y en el que Cuba
supo venir de abajo en dos oportunidades: primero emparejó 2-2 en la
parte alta del cuarto episodio y luego 4-4 en el quinto, sendos empates
le dieron dramatismo a la porfía; sin embargo luego de colocarse delante
en el octavo 6-4 no pudieron preservar esa ventaja, fue Holanda la que
hizo de las suyas con espectacular empate que luego convirtieron en
electrizante victoria en la parte baja del noveno.
Los primeros
en anotar fueron los europeos cuando en la parte baja del tercer
episodio Oduber largó doblete (tercer jit que permitía el abridor
Vladimir García), Simmons se apuntó infield jit, Schoops se sacrificó,
Statia recibió pelotazo que llenó los ángulos y Jones logró fly de
sacrificio que fletó la primera.
Acto seguido Smith ligó sencillo que propulsó la segunda de la entrada.
Como
les anticipé Cuba contragolpeó en el inicio del cuarto gracias a tubey
de Yuliesky, sencillo de José Miguel Fernández que lo llevó hasta la
goma y batazo de cuatro esquinas de José Dariel Abreu que desofortunadamente encontró las bases limpias por un doble play precedente.
En
este episodio el iniciador holandés Orlando Yntema tuvo que ceder la
lomita a Shairon Martis, pues luego del estacazo de Abreu le dio
pelotazo a Despaigne y el alto mando decidió reeemplazarlo.
Nuevamente
los europeos consiguieron colocarse delante en el cierre de ese mismo
inning tras boleto a Sams, avance a segunda por bola ocupada, infield
jit de Oduber que situó corredores en primera y tercera, robo de segunda y fly de sacrificio de Simmons que impulsó una.
La
otra cuajó por deficiencias defensivas de Cuba: Oduber robó tercera e
inexplicablemente Yuliesky no cubrió la almohadilla por lo que el tiro
de Frank Camilo se le escapó y abrió las puertas del home al corredor.
Vladimir García se fue a las duchas tras conceder boleto a Schoop, en su
lugar subió a la lomita al zurdo Norberto González.
Otro abrazo
sobrevino en la pizarra en el comienzo del quinto pues la tropa
antillana logró marcar dos por jit del emergente Luís Felipe Rivera,
cañonazo de Bell -también como emergente- y doblete de Yuliesky que los
envió a la goma. El inning pudo ser más productivo pero José Dariel se
tomó ponche con dos a bordo.
Tampoco funcionó la mecánica
ofensiva en el séptimo y por ello se malogró otro buen momento al fallar
un toque de sacrificio y luego una doble matanza cercenó una magnífica oportunidad con dos hombres en circulación.
En
este punto el cienfueguero Norberto González había logrado contener a
los holandeses con tres ceros consecutivos y las perpectivas de un
triunfo afloraron con fuerza creciente porque nuestro equipo anotó dos veces en el principio del octavo.
Cepeda
recibió boleto, José Dariel lo adelantó con jit, Desapaigne llevó la
pelota a las profundidades del jardín derecho y Cepeda hizo pisa y corre
hasta tercera. Vino entonces un jit impulsor de Yasmani Tomás que
decretó la salida del box de Martis y la entrada de Leon Boyd. Eriel
empujó la otra con fly de sacrificio a la banda izquierda.
En el
final del octavo, después de dos outs y con un corredor en primera base
por boleto, el torpedero Simmons materializó espectacular empate con
lineazo que se fue por encima de la cerca del jardín izquierdo.
En
el noveno Cuba volvió a fallar con dos hombres en base -inició el
inning el cuarto serpentinero holandés, Loek van Mil (1-0). Luego de un
out Yuliesky y José Miguel Fernández conectaron de jit pero Cepeda se tomó ponche y Abreu cedió el último out en línea al jardín central.
Llegó
el fatídico cierre del noveno. Norberto sacó el primer out y Víctor
Mesa optó por traer a Yander Guevara (0-1). Norberto trabajó en gran
forma ya que sólo fue víctima del batazo de Simmons y de otros cuatro jits en cuatro y dos tercios de entrada.
Un
costoso error en fildeo de Yuliesky permitió a Jones anclar en primera
base con la carrera que podría representar la victoria. Smith disparó
jit al jardín izquierdo y Víctor llamó con urgencia a Raciel Iglesias.
Bogaerts
lo recibió con jit a lo corto de jardín derecho que llenó las
almohadillas y puso la de la victoria a 90 pies de la goma. Al rescate
llegó Disdani Castillo pero no pudo impedir que Sams elevara a lo
profundo del jardín central, conexión que permitió el pisa y corre desde
tercera que dejó tendido al campo al equipo cubano.
En resumen
Holanda jugó mejor e hizo méritos para el triunfo que catapulta a los
peloteros de la tierra de los tulipanes hacia San Francisco.
Cuba,
no logró batear a la hora buena y por añadidura tuvo deficiencias
técnicas y defensivas que contribuyeron al doloroso fracaso.
Esta
fue la quinta victoria de Holanda sobre Cuba en los últimos seis juegos
que han disputado, lo que confirma una supremacía que ha tenido un alto
costo para nuestra selección nacional: primero nos ganaron en el
Mundial de Panamá 2011 y ahora nos sacan a la cuneta en el III Clásico
2013, por citar dos reveses muy amargos.
Ahora sobrevendrá una
verdadera tomenta de ideas a lo largo y ancho del país, algunos
peloteros serán juzgados con extremo rigor y el propio Víctor cogerá lo
suyo en el debate, ya se sabe que las derrotas se imputan en gran por
ciento a los directores en tanto las victorias son fruto de las
habilidades de los jugadores.
La ocasión es buena para llamar a
la mesura, de manera que seamos capaces de reconocer objetivamente tanto
los desaciertos como los aciertos.
No puede pasarse por alto el
gigantesco sacrificio y la dedicación que prodigaron durante meses
atletas y entenadores para lograr un buen resultado, lastimosamente ensombrecido por este aciago desenlace.
México,
Venezuela, SudCorea y Canadá por citar a equipos que llegaron con
grandes sueños, apoyados en la valía de muchos de sus jugadores
rentados, ya hicieron la maletas porque -no lo pierdan de vista- la
característica de esta competición de series cortas de eliminación puede
sacar por la borda a cualquiera.
Japón y Estados Unidos
estuvieron a punto de caramelo, aunque lograron finalmente mantenerse
con vida, ambos jugando en su propio patio.
De manera que no
estamos en el apocalipsis. Trabajo y decisiones que aún están por
tomarse nos pueden conducir a momentos más felices en este apasionante deporte.
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