Plaza de la revolución

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lunes, 7 de noviembre de 2011

Julián del Casal, uno de los máximos exponentes del modernismo en Latinoamérica

Autor :Yadiana Torres Cobas 

La Cultura Cubana rinde tributo hoy a uno de sus hijos ilustres. Se trata de  Julián del Casal poeta de una pluma loable cuya prosa influyó en la mayoría de los poetas de vanguardia en América.

Un dia como hoy pero del año 1863, nace en La Habana. Conocido por seudónimos como El Conde de Camors, Hernani, Alceste. Cursó estudios en el Real Colegio de Belén, donde ingresó en 1870. Fundó con varios compañeros el periódico clandestino y manuscrito El Estudio, en el que publicó sus primeros versos. Se graduó de bachiller en 1880. Comenzó la carrera de derecho, pero no llegó a concluirla.

En El Ensayo (semanario de ciencias, artes y literatura) apareció la primera colaboración conocida de Casal en un órgano de prensa. Visitó el Nuevo Liceo gracias a su amistad con Nicolás Azcárate donde conoció a Ramón Meza y se puso en contacto con los principales autores extranjeros del momento. Trabajó como escribiente de la Intendencia General de Hacienda. En 1888 se trasladó a España y poco después regresó a La Habana en precaria situación económica. Comenzó a trabajar en La Discusión como corrector de pruebas y periodista. Por esos días estrechó relaciones con la familia Borrero.

Conoció a Rubén Darío en La Habana en julio de 1892, fue en la redacción del periódico El País donde se estrecharon las manos, aunque desde 1887 se conocían por vía epistolar. La impresión causada en Casal fue narra Raoul Cay, redactor de El Fígaro, quien asistió al banquete de bienvenida ofrecido a Darío: "Casal apenas almorzó, la admiración que siente por Rubén y el regocijo de tenerlo cerca, quitaron el apetito al sombrío poeta de Nieve". La celebridad de Casal, acrecentada con el tiempo, proviene de su condición de ser uno de los representantes cimeros del modernismo en Hispanoamérica.

En vida nunca pasó de ser un modesto escribiente de la Intendencia General de Hacienda, puesto este que perdió al publicar un artículo alusivo al Capitán General, y un talentoso redactor de prensa y colaborador de revistas culturales. Fue redactor del semanario La Familia Cristiana (1891-1892). Colaboró en La Habana Elegante, donde publicó una serie de artículos titulada «La sociedad de la Habana» (el primero de ellos, sobre el Capitán General Sabás Marín y su familia, le costó su puesto en la Intendencia General de Hacienda), El Fígaro, La Habana Literaria, El Hogar, El País, La Caricatura, Diario de la Familia, Ecos de las Damas, La Lucha, EL Pueblo, El Triunfo, La Unión Constitucional. Junto con Gutiérrez Nájera y José Asunción Silva fue uno de los iniciadores del movimiento modernista. Tradujo poemas en prosa de Baudelaire.

Murió el 21 de octubre de 1893 cuando solo contaba con treinta años de edad.  Con apenas treinta años. Hoy lo recordamos en su representación genuina del romanticismo como valuarte de la cultura cubana.
 

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