Santiago de Cuba, 30 oct.— El mundo entero sabe lo que es medicina cubana, expresó la doctora Jannine Suárez, especialista en Gastroenterología del hospital Juan Bruno Zayas en Santiago de Cuba, al referirse a la calidad y solidaridad de la medicina en Cuba.
Los médicos cubanos llevamos el internacionalismo en la sangre y no importan los riesgos ni sacrificios si de salvar vida se trata, comentó Suárez a la ACN, al tiempo que rememoró su primera misión en Namibia hace 17 años.
En 2002 llegué a Namibia y trabajé en el Hospital Estatal de Carotura, la zona más pobre de Windhoek, la capital, estuve durante dos años y medio e incursioné en el servicio de ginecobstetricia porque ese país presenta alta tasa de natalidad, a la vez que reporta gran porciento en la mortalidad materno infantil, sobre todo en la estación de invierno, en la que ocurren muchas muertes intrauterinas a causa del frío, añadió.
La atención prenatal empezó cuando llegamos los médicos cubanos, acotó, las gestantes reconocían su embarazo, pero no había consultas medias ni sistemas de pesquisas que garantizaran el desarrollo con calidad del feto, fue con el trabajo del personal de salud de la Isla que los índices de salubridad mejoraron en esa nación.
El VIH/SIDA es una de las enfermedades que más afecta a la población namibia, alrededor del 95% la padece, sin embargo no contaban con programa epidemiológico y sobre esa problemática también actuamos los médicos, durante ese tiempo realizamos un proyecto de educación para la sexualidad que mostró resultados positivos, agregó.
Recordó que un domingo fue con sus compañeros de trabajo a visitar los pacientes en el hospital y vivió una de las historias que marcó su vida como profesional y persona: "atendí a una puérpera que cuando me vio con su niño en brazos se asombró porque nunca pensó que una mujer blanca cargara a su hijo, al principio yo no entendía la causa de la admiración, pero luego le dije que en mi país eso es normal, que no hay distinción racial, ella preguntó de dónde era y respondí que cubana".
Suárez dijo estar emocionada cuando la mujer preguntó por Fidel, ahí comprendió el prestigio y reconocimiento que tiene el Comandante en latitudes tan distantes de Cuba, por la grandeza y la obra de la Revolución.
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