Por Brita Garcia Alberteris
Santiago de Cuba, 11 sep.— El orgullo de Santiago de Cuba es también por la gloria de sus atletas. Omara Durand convierte en ribetes dorados sus mas de once años subiendo a lo mas alto del podio. Sus vecinos del barrio de Chicharrones la reciben con el honor merecido.
Niños que en su inocencia rinden tributo a una grande. Ser la mejor del mundo en la categoría T12 se resumen en horas de entrenamiento y sacrificio, las medallas en 100, 200 y 400 metros llegan gracias a la compañía de su guía.
La meta ahora es Tokio 2020 y junto a su guía Yunior Kindelán el cronómetro es la menor preocupación de la velocista.
En Santiago de Cuba el orgullo hacia los atletas aumenta cada día con sus logros y humildad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario