Santiago de Cuba, 7 may.— La temporada del fútbol cubano de este año inició el 19 de enero, con la participación de las 16 provincias. La Comisión Nacional eliminó el torneo de ascenso y colocó en el calendario solamente la 104 Liga Nacional.
Dividieron el país en dos zonas, occidente y oriente, concentrando en la parte oriental las oncenas con resultado más estable en la última década.
En ese entorno los Diablos Rojos efectuaron 14 partidos clasificatorios, sumaron 30 puntos y pasaron de primeros por la zona a la fase final.
Las contrariedades llegaron mucho antes con los entrenamientos en la cancha de la Sede Mella, espacio que no cuenta con la longitud establecida. Antes de iniciar el evento las lesiones atacaron al conjunto con la salida de Pablo Ramón Labrada, el máximo anotador y luego en Granma Eddy Gelkis Olivares sufrió daños, situaciones influyentes en los pocos goles marcados por los montañeses. Y a esto se suma que en el cuartel
general el Estadio Antonio Maceo todavía están trabajando en el relleno para la cancha sintética, parecerá algo simple pero los futbolistas no se han adaptado a jugar en la Pista Rekortan.
La felicidad máxima llegó con la participación en la Copa de Clubes del Caribe en Curazao, pero mientras ellos jugaban con equipos de la zona, en Cuba el calendario de la final continuaba.
Con todas estas dificultades y proezas, los Diablos Rojos sueñan con discutir en la final frente a La Habana su tercera corona.
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