Plaza de la revolución

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viernes, 30 de noviembre de 2018

Erigen en Santiago de Cuba monumento al autor del himno nacional

Por PL

Santiago de Cuba, 30 nov.— La ejecución del monumento a Pedro (Perucho) Figueredo, autor del Himno Nacional, deviene hoy la primera acción de ese tipo en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, tras el traslado de próceres en octubre del 2017.

Hace poco más de un año, fueron situados en la explanada frontal de la necrópolis, junto al mausoleo a José Martí y el monolito de Fidel Castro, los conjuntos funerarios de Carlos Manuel de Céspedes, iniciador de las gestas independentistas, y de Mariana Grajales, madre de los Maceo.

Ahora se trabaja para ubicar, en el espacio que ocupara el Padre de la Patria, la obra escultórica y arquitectónica que rendirá homenaje al patricio bayamés, nacido en esa villa oriental el 18 de febrero de 1818 y fusilado por los colonialistas españoles en esta ciudad el 17 de agosto de 1870.

Orgullosos y honrados porque su propuesta fue seleccionada en el concurso nacional convocado por el Consejo para el Desarrollo de la Escultura Monumentaria y Ambiental (Codema) trabajan aquí el escultor Julio César Carmenate y el arquitecto José A. Limonta.

En el Taller Cultural Luis Díaz dan los toques finales a la figura en barro de dos metros que luego de ser fundida en bronce en instalaciones de la Fundación Caguayo será emplazada en la necrópolis, donde otros elementos como la letra del Himno y las banderas que rompen una cadena de esclavitud completarán la idea.

'Morir por la Patria es vivir' es uno de los apotegmas que desde el mármol extraído del propio territorio granmense que dio luz al patriota acompaña los mensajes del monumento, en el que se alza su figura con la pluma en una mano y en la otra, el papel donde plasmó su marcha rebelde.

Ambos artistas se refieren a la responsabilidad y el compromiso de dedicar esta obra a uno de los próceres de las contiendas emancipadoras del siglo XIX, insertados en el empeño por seguir dotando al camposanto, Monumento Nacional, de toda la alegoría en tributo a quienes abrieron con su sangre los caminos.

Basta asomarse a textos como la novela biográfica El camino de la desobediencia, del escritor bayamés Evelio Traba, para aquilatar la entrañable amistad que unió desde los primeros años a Figueredo con Céspedes y fructificó en el anhelo y el bregar común por la independencia. (Martha Cabrales Arias)

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