Plaza de la revolución

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sábado, 18 de noviembre de 2017

El don de informar, siempre informado

Por Karina Sotomayor Otero/Fotos Internet

Santiago de Cuba, 18 nov.— Muchos coinciden en decir que es una de las periodistas más seguidas en la Televisión Cubana, prefiero destacarle como una de las profesionales más capaces a la hora de humanizar cada espacio, sea desde las imágenes o los sonidos.

Cuando presenta un tema, se siente la seguridad a la hora de conducir el guión sin afeites añadidos, simplemente Arleen Rodríguez Derivet se arma con toda la información cuando defiende sus espacios. Destaco, que como en todo programa en vivo, se le ha visto equivocar el bocadillo y salir sin problemas de la situación sin que esto moleste al receptor.

La Derivet o la colega, creo que este último apelativo mejor le acomoda por su sencillez, es la Coordinadora General de la Mesa Redonda

que se trasmite por el canal Cubavisión, fue corresponsal de Juventud Rebelde en Guantánamo, Directora de Juventud Rebelde e integra la Presidencia de la Unión de Periodistas de Cuba. Cuando se le pregunta sobre la función de ciertos espacios pone en primer orden la idea de “informar ampliamente” reto que logra y se le van los minutos como agua entre las manos dejando con ansias de ver más al que le sigue.

Generalmente en los programas en los que Arleen trabaja las preguntas son elaboradas por el Coordinador del espacio y justamente se habla de ella, son interrogantes inteligentes. Salen de una mujer con preparación pero podría ser la voz de cualquier público, surgen en el

transcurso de los diálogos, o sea, ella también “sabe escuchar”, y en cada cambio de cámara no se dedica a colarse con rapidez a la rigidez de las escaletas. Realidad que se ve a diario en la televisión que hacemos con premura o sin preparación previa.

Viaja de una provincia a otra colaborando con los periodistas y telecentros cuando se trata de actualizar su programa estelar. Cuando se reúne con sus colegas es una más del colectivo, no es colonizadora, es desde lo simple, una amiga y le salva la experiencia.

Más allá de sus cumpleaños, su rostro define a una mujer madura que aguanta primeros planos, por su expresividad y lógica televisivas.

Defiende la osadía y lo profesional de la prensa que se hace en el interior del país y argumenta que nada le debe envidiar a la capitalina.

Acepta lo que demanda el ser cubana, el ser una periodista residente en un archipiélago, destaca como el mayor de sus privilegios el hacer periodismo.

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