Santiago de Cuba, 10 jul.— Con una ligera lluvia sobre la ciudad, severamente castigada por la sequía, y las llamas que quemaron al Diablo en la Avenida de La Alameda, junto al mar Caribe, finalizó la XXXVI Fiesta del Fuego.
Desde el céntrico Parque Céspedes hasta
esa arteria marinera, a la vera de la bahía, transcurrió el Desfile del
Fuego, que junto al de la Serpiente, en la tarde del martes 5,
constituyen cada año dos de los momentos de mayor colorido y presencia
popular.
Terminaron así siete días de jolgorio, que juntaron a artistas y académicos cubanos y otros llegados desde unos 22 países, atraídos por el magnetismo de un evento que ofreció una amplia programación musical, de teatro, artes plásticas, ceremonias mágico-religiosas, oralidad, danza y poesía.
Los protagonistas del Festival Internacional del Caribe, en su 36 edición ininterrumpida, volvieron a ser los grupos portadores de la cultura popular tradicional con sus cantos y bailes ancestrales, sus toques de tambor y sus rituales de fe y las marcas africanas como esencias.
Dedicado a la cultura de Ecuador, el encuentro patentizó la solidaridad con ese pueblo tras el fuerte sismo que le azotó el 16 de abril último, y con el primer Coloquio Internacional Hugo Chávez, la pasión que nos une, expresó el respaldo a la Revolución Venezolana.
Nuevamente, el espacio teórico El Caribe que nos une ofreció visiones actualizadas sobre la historia y la cultura de la región, con la participación de académicos cubanos y de Puerto Rico, Estados Unidos, Islas Vírgenes, Colombia, España, México y Francia.
El Premio Internacional Casa del Caribe, que cada año confiere la institución homómina, fue entregado a Lázaro Expósito, Primer Secretario del Partido Comunista en esta provincia, en reconocimiento a su decisivo apoyo al Festival.
Ya fue convocada la cita venidera, en las mismas fechas del verano del 2017, cuando la cultura de la isla de Bonaire recibirá la reverencia y con ella, tendrá continuidad la voluntad de los organizadores por el acercamiento al Caribe de habla holandesa, manifestada ya con esas Antillas y Curazao.
Terminaron así siete días de jolgorio, que juntaron a artistas y académicos cubanos y otros llegados desde unos 22 países, atraídos por el magnetismo de un evento que ofreció una amplia programación musical, de teatro, artes plásticas, ceremonias mágico-religiosas, oralidad, danza y poesía.
Los protagonistas del Festival Internacional del Caribe, en su 36 edición ininterrumpida, volvieron a ser los grupos portadores de la cultura popular tradicional con sus cantos y bailes ancestrales, sus toques de tambor y sus rituales de fe y las marcas africanas como esencias.
Dedicado a la cultura de Ecuador, el encuentro patentizó la solidaridad con ese pueblo tras el fuerte sismo que le azotó el 16 de abril último, y con el primer Coloquio Internacional Hugo Chávez, la pasión que nos une, expresó el respaldo a la Revolución Venezolana.
Nuevamente, el espacio teórico El Caribe que nos une ofreció visiones actualizadas sobre la historia y la cultura de la región, con la participación de académicos cubanos y de Puerto Rico, Estados Unidos, Islas Vírgenes, Colombia, España, México y Francia.
El Premio Internacional Casa del Caribe, que cada año confiere la institución homómina, fue entregado a Lázaro Expósito, Primer Secretario del Partido Comunista en esta provincia, en reconocimiento a su decisivo apoyo al Festival.
Ya fue convocada la cita venidera, en las mismas fechas del verano del 2017, cuando la cultura de la isla de Bonaire recibirá la reverencia y con ella, tendrá continuidad la voluntad de los organizadores por el acercamiento al Caribe de habla holandesa, manifestada ya con esas Antillas y Curazao.
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