Plaza de la revolución

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lunes, 25 de abril de 2016

Capitán San Luis, el mejor hombre de la guerrilla del Che


Capitán San Luis, el mejor hombre de la guerrilla del ChePor Armando Fernández Martí 

Santiago de Cuba, 25 abr.— El 25 de abril de 1967, en un apartado rincón de la selva boliviana, murió en la lucha por la liberación de América y el mundo, Eliseo Reyes Rodríguez, el Rolando de esa gesta y el Capitán San Luis, de los cubanos.

Fue aquel un día negro, como lo describiera el Che en su diario, porque el nuevo movimiento emancipador americano iniciado en Bolivia, perdió, con la muerte de Rolando, al mejor hombre de la guerrilla.

Su carrera revolucionaria la había iniciado Eliseo reyes Rodríguez cuando era apenas un niño, incorporándose al Ejército Rebelde en la columna cuatro, bajo las órdenes del Comandante Ernesto Che Guevara.

Sus compañeros de lucha entonces lo describen como muy delgado y bajito, al parecer débil, que hacía un esfuerzo tremendo para estar al mismo paso de la tropa. Al final vencía todos los obstáculos.

San Luis fue un guerrillero muy útil y se convirtió en el mensajero más efectivo entre el Turquino y Santiago de Cuba. Su capacidad para contactar con el movimiento clandestino urbano lo distinguió.

Eliseo Reyes, por su carácter respetuoso y su voluntad fue escogido por el Che para la invasión hasta Las Villas, y allí se distinguió en la zona de Sancti Spíritus y Trinidad.

Con el triunfo de la Revolución San Luis cumplió diversas misiones al tiempo que se superaba y por ello, fue nombrado Delegado del Ministerio del Interior en la provincia de Pinar del Río, donde demostró un alto nivel profesional.

Por su responsabilidad y méritos, Eliseo fue escogido para integrar la Guerrilla Internacionalista del Che en Bolivia, donde se destacó por su disciplina y valentía llegando a ocupar el cargo de comisario del grupo y posible jefe de un eventual segundo frente, de tener éxito la contienda.

El 25 de abril de 1967, en la finca El Mesón, situada entre Ticucha y el río Iquira cayó luchando Rolando, el mejor hombre de la guerrilla. Allí fue enterrado sobre las tres de la tarde de ese día bajo una débil capa de tierra.

En su diario el Che anotó un poético epitafio que ahora evocamos para la historia: "De su muerte oscura solo cabe decir para un hipotético futuro que pudiera cristalizar: tu cadáver pequeño de capitán valiente se ha extendido en lo inmenso de su metálica forma"

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