Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 6 ene.— Desde el 10 de octubre de 1868 en que en La Demajagua se inició la Revolución Cubana, la mujer ha aportado también su cuota de sacrificio y sangre para, junto al hombre, recorrer el largo camino de la victoria final el Primero de Enero de 1959. Y entre esas mujeres valerosas están las madres de los mártires de la Revolución.
Santiago de Cuba, 6 ene.— Desde el 10 de octubre de 1868 en que en La Demajagua se inició la Revolución Cubana, la mujer ha aportado también su cuota de sacrificio y sangre para, junto al hombre, recorrer el largo camino de la victoria final el Primero de Enero de 1959. Y entre esas mujeres valerosas están las madres de los mártires de la Revolución.
En Santiago de Cuba, por ejemplo, en los
últimos días del año 1956 y los primeros de 1957 fueron asesinados
después de ser torturados los jóvenes Hugo de Dios Soto, William Soler
Ledesma, este sólo de 15 años, así como Froilán Guerra Blanco y Luis
Díaz Ruíz y otros, cuyos cadáveres fueron encontrados en distintos
puntos de la ciudad y su periferia.
Esos asesinatos de los esbirros batistianos despertaron la ira de los santiagueros por lo que el Movimiento 26 de Julio organizó una manifestación de protesta el 6 de enero de 1957, hace hoy 59 años, coincidiendo con la tradición religiosa del Día de los Reyes Magos.
Esa manifestación que recorrió las principales calles de la ciudad de Santiago de Cuba, fue encabezada por las madres de los mártires asesinados vestidas de luto que portaban una gigantesca pancarta donde se leía: “Cesen los asesinatos de nuestros hijos”
Temerosos por el enardecimiento de los participantes ni el ejército ni la policía se atrevieron a tomar represalias y más, cuando muchos transeúntes se unían a la demostración, prueba de la valentía con que la mujer santiaguera encaró los crímenes del dictador durante todo el período de la lucha por la liberación nacional.
Ya para esos días el máximo líder de la Revolución y del Movimiento 26 de Julio Fidel Castro, junto con un grupo de expedicionarios del Granma y campesinos que se les unieron, habían constituido el núcleo inicial del Ejército Rebelde y marchaban por las montañas de la Sierra Maestra preparándose para librar su primer combate victorioso que ocurrió el 27 de enero de 1957, en Río La Plata.
Ese mismo 6 de enero de 1957 llegaba a la Sierra Maestra el primer grupo de refuerzo que se incorporaba a la guerrilla, integrada por nueve combatientes enviados por el Movimiento 26 de Julio de Manzanillo y Celia Sánchez Manduley.
Esos asesinatos de los esbirros batistianos despertaron la ira de los santiagueros por lo que el Movimiento 26 de Julio organizó una manifestación de protesta el 6 de enero de 1957, hace hoy 59 años, coincidiendo con la tradición religiosa del Día de los Reyes Magos.
Esa manifestación que recorrió las principales calles de la ciudad de Santiago de Cuba, fue encabezada por las madres de los mártires asesinados vestidas de luto que portaban una gigantesca pancarta donde se leía: “Cesen los asesinatos de nuestros hijos”
Temerosos por el enardecimiento de los participantes ni el ejército ni la policía se atrevieron a tomar represalias y más, cuando muchos transeúntes se unían a la demostración, prueba de la valentía con que la mujer santiaguera encaró los crímenes del dictador durante todo el período de la lucha por la liberación nacional.
Ya para esos días el máximo líder de la Revolución y del Movimiento 26 de Julio Fidel Castro, junto con un grupo de expedicionarios del Granma y campesinos que se les unieron, habían constituido el núcleo inicial del Ejército Rebelde y marchaban por las montañas de la Sierra Maestra preparándose para librar su primer combate victorioso que ocurrió el 27 de enero de 1957, en Río La Plata.
Ese mismo 6 de enero de 1957 llegaba a la Sierra Maestra el primer grupo de refuerzo que se incorporaba a la guerrilla, integrada por nueve combatientes enviados por el Movimiento 26 de Julio de Manzanillo y Celia Sánchez Manduley.
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