Por María Antonia Medina TéllezSantiago de cuba, 29 jul.— El acuario Baconao, de Santiago de Cuba, está muy concurrido en este verano debido a que aumentó su paquete de ofertas para el mejor conocimiento de las maravillas del mar y el medio ambiente, unido a la recreación de los vacacionistas.
La instalación es muy visitada por
excursionistas nacionales y foráneos y recibe diariamente a cientos de
personas, en su mayoría niños, quienes son los que más disfrutan del
lugar.
Para los curiosos se develan misterios del ecosistema marino, mientras a los más pequeños les regocija tocar la sensible piel de un cetáceo que les cumple el sueño de guiarlos en una fantástica carrosa acuática.
Perteneciente a la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, el acuario de Santiago de Cuba preparó originales opciones para la etapa estival que ahora distingue el show de los delfines con piruetas, malabares y elegancia, además del baño de veraneantes con esos mamíferos acuáticos.
Asesorados por el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (BIOECO) los trabajadores del lugar se suman a la voluntad por fomentar el conocimiento de la fauna del Mar Caribe, su cuidado y protección.
Claudio Carracedo, director de BIOECO, dijo que la instalación, donde se intercambia y educa sobre el entorno, en esta etapa muestra una exposición con réplicas de famosos barcos, historia de los viajes de descubrimiento de Cristóbal Colón, así como una sala de arqueología subacuática y otra de biología marina.
Los universitarios Dalia Torres y Urbano Santos sienten alegría y asombro por lo que son capaces de hacer los cetáceos guiados por sus jóvenes entrenadores, pero también porque conocen sobre esas especies y de paso recorren exposiciones y conversan con los especialistas.
El Parque Baconao se extiende en más de 80 hectáreas, es Reserva Mundial de la Biosfera declarado por la Unesco, y se ubica a casi 20 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba.
Entre sus sitios más atractivos están la Gran Piedra, el Valle de la Prehistoria, la Granjita Siboney, el Museo del Transporte Terrestre y la Laguna Baconao, reproducción de una villa de la tribu de los taínos con un restaurante especializado en mariscos.
Para los curiosos se develan misterios del ecosistema marino, mientras a los más pequeños les regocija tocar la sensible piel de un cetáceo que les cumple el sueño de guiarlos en una fantástica carrosa acuática.
Perteneciente a la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, el acuario de Santiago de Cuba preparó originales opciones para la etapa estival que ahora distingue el show de los delfines con piruetas, malabares y elegancia, además del baño de veraneantes con esos mamíferos acuáticos.
Asesorados por el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (BIOECO) los trabajadores del lugar se suman a la voluntad por fomentar el conocimiento de la fauna del Mar Caribe, su cuidado y protección.
Claudio Carracedo, director de BIOECO, dijo que la instalación, donde se intercambia y educa sobre el entorno, en esta etapa muestra una exposición con réplicas de famosos barcos, historia de los viajes de descubrimiento de Cristóbal Colón, así como una sala de arqueología subacuática y otra de biología marina.
Los universitarios Dalia Torres y Urbano Santos sienten alegría y asombro por lo que son capaces de hacer los cetáceos guiados por sus jóvenes entrenadores, pero también porque conocen sobre esas especies y de paso recorren exposiciones y conversan con los especialistas.
El Parque Baconao se extiende en más de 80 hectáreas, es Reserva Mundial de la Biosfera declarado por la Unesco, y se ubica a casi 20 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba.
Entre sus sitios más atractivos están la Gran Piedra, el Valle de la Prehistoria, la Granjita Siboney, el Museo del Transporte Terrestre y la Laguna Baconao, reproducción de una villa de la tribu de los taínos con un restaurante especializado en mariscos.
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