Plaza de la revolución

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martes, 21 de abril de 2015

Una Resolución engañosa


Una Resolución engañosaPor Armando Fernández Martí

Santiago de Cuba, 21 abr.— Fatídica sería la fecha de 21 de abril de 1898 para Cuba, cuando una Resolución Conjunta del presidente y del Congreso de Estados Unidos declaraba la guerra a España para, de hecho, intervenir militarmente en el conflicto hispano-cubano y finalmente, arrebatarle la victoria a las fuerzas mambisas después de tres años de cruenta confrontación bélica contra los colonialistas españoles.

Desde finales de marzo de ese año el gobierno norteamericano había exigido a España el cese de las hostilidades en la isla y que iniciara negociaciones de paz con el Ejército Libertador, ofreciéndose Estados Unidos como mediador, negándose los españoles a tales exigencias por las condiciones que se le imponían.

Debido a esa negativa de Madrid, el entonces presidente norteamericano William McKinley remitió al Congreso la denominada Resolución Conjunta en la cual la nación norteña exigía a España el cese inmediato a su dominio sobre la isla y el retiro de sus fuerzas militares y navales de la misma, proclamando su derecho a intervenir en la guerra y reconociendo además el derecho de los cubanos a su independencia.

Aunque la Resolución Conjunta del presidente y el Congreso norteamericanos parecía ser un documento favorable para los cubanos, pues en su artículo primero señalaba: “Que el pueblo cubano es y de derecho debe ser libre e independiente”, en tanto que el punto cuatro expresaba: Que los Estados Unidos (…) no tienen deseos ni intención de ejercer soberanía, jurisdicción o derecho sobre dicha isla”, lo que en la práctica fue distinto.

El 22 de abril de 1898, un día después de la declaración de guerra de Estados Unidos a España, el gobierno norteamericano ordenó a su flota naval bloquear la isla, sobre todo sus puertos, impidiendo la entrada de abastecimientos provocando una situación aún más difícil para la población que ya sufría la cruel política de reconcentración impuesta por el gobernador español, Valeriano Weyler.

Entre abril y julio de 1898 la flota norteamericana bombardeó indiscriminadamente y sin justificación, los puertos cubanos de Manzanillo, Baracoa, Santa Cruz del Sur, Nuevitas, Matanzas y Cárdenas, entre otros, lo cual tenía la intención de atemorizar a la población, causando sus bombardeos numerosas víctimas inocentes, porque en esos lugares no había concentración de fuerzas españolas que justificaran los ataques.

Puede decirse entonces con certeza, que la Resolución Conjunta del presidente William McKinley y el Congreso norteamericano del 21 de abril de 1898, fue un documento engañoso de principio a fin cuyo objetivo único era intervenir militarmente con sus tropas en Cuba como lo hizo a partir de julio de ese año, arrebatándole la victoria a los cubanos y su verdadera independencia por la cual habían luchado durante 30 años.

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