Plaza de la revolución

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miércoles, 17 de septiembre de 2014

Promueve Centro Cultural Francisco Prat Puig la obra del prominente restaurador

Por Kenia Tabares Robles/Foto José Vladimir Pérez

Si hoy esta ciudad tiene el orgullo de mostrar al mundo edificaciones de incalculable valor cultural, es debido al incansable quehacer del Doctor Francisco Prat Puig, quien fuera una de las figuras más importantes de la cultura cubana y santiaguera.

Su trabajo en esta provincia comprendió restauraciones de casas de vital importancia histórica, varias ambientaciones, además de montajes de museos como por ejemplo: la casa del poeta José María Heredia, el Fuerte de Yarayó, la Casa del Museo de Ambiente Histórico Cubano, entre otros.

La Oficina Técnica de Restauración del centro histórico de Santiago de Cuba contó con su asesoramiento en los años 1988-1989, dos años después de haber sido fundada. Su tarea como consultante de especialistas le permitió transmitir sus experiencias y conocimientos, y así formó discípulos que hoy figuran dentro del equipo de profesionales encargados de rescatar, restaurar y preservar nuestro patrimonio arquitectónico.

Prat Puig fue un docente activo, y un pertinaz investigador. Recopiló a lo largo de su trayectoria profesional -desarrollada en disímiles lugares de importancia histórica- una amplia variedad de piezas arqueológicas representativas de diversos períodos de la Historia del Arte.

Su espíritu de conservador y de formador de varias generaciones de estudiantes lo condujo o donar dichas piezas a la Universidad de Oriente, como testimonio evidente del desarrollo de la Historia del Arte, explicó la Doctora en Ciencias Arqueológicas Yaumara López Segrera, estudiosa de la vida y obra de Prat.

El quehacer profesional del eminente catalán, se promueve en el Centro Cultural que lleva su nombre, conocido como el antiguo Seminario San Basilio Magno (primer centro de estudios superiores en el país).

Esa institución cultural cuenta con piezas de las primeras dinastías de China, piezas griegas y egipcias de antes de nuestra era. Ejemplo de ello son la tablilla cuneiforme, estatuillas con inscripciones e instrumentos de trabajo. También expone una amplia pinacoteca que incluye temas religiosos, paisajísticos, mitológicos, y retratos. Un busto de María Antonieta, un conjunto cerámico hispano cubano encontrado por Prat durante las excavaciones en el Ayuntamiento santiaguero, y muchos más puede conocer el visitante en ese centro.

En total suman más de 470 piezas de arte universal de diferentes culturas reunidas por Prat durante sus investigaciones.
Además de las exposiciones permanentes los especialistas y museólogos del centro estudian constantemente cuanta información llega a sus manos sobre el iniciador de los estudios de restauración en Santiago de Cuba.

Y es que Prat fue un apasionado profesional. Toda actividad levada a cabo por él no constituyó un obstáculo. Su labor docente lo encaminó a participar en la obra más humana de la Revolución Cubana, la Campaña de Alfabetización, donde alfabetizó a quince adultos e hizo dos cursos de seguimiento en el reporto Las Flores del cual era vecino.

Merecedor de las órdenes “Isabel La Católica” y la “Cruz de San Felipe”, las más altas condecoraciones que impone el estado español a sus hijos ilustres, Prat sigue presente en cada una de las obras que restauró tato en su querida Cataluna, como en su amada ciudad de Santiago de Cuba. 

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