Plaza de la revolución

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viernes, 5 de septiembre de 2014

Nuevos títulos de Olga Portuondo en Feria del Libro de 2015


Nuevos títulos de Olga Portuondo en Feria del Libro de 2015Por Dayron Chang Arranz                                 

Más de treinta títulos avalan el devenir de la Doctora Olga Portuondo, Premio Nacional de Ciencias Sociales. Su constante quehacer como Historiadora de Santiago de Cuba refleja un vínculo que trasciende los avatares de la profesión.

Santiago de Cuba, 5 sep.— Entre tantos textos y misterios ya develados pareciera imposible hallar una nueva historia por contar. Pero Olga Portuondo es de las que siempre desentierra esas confesiones que se reserva cualquier ciudad.
Retrotraernos al pasado durante la edición de la Feria Internacional del Libro 2015 es de esas intenciones que devuelven a la Historiadora los ánimos para reponer diez de sus mejores títulos.
A ella se dedicará esta fiesta literaria y a través de ella también se profundizará en las intimidades del Santiago de Cuba que con sus textos a diario se puede visualizar.

Periodista:   Una mujer nacida en Camagüey, con arraigadas costumbres de esa tierra, con una educación como la que le dio su madre a veces asentada en tradiciones diferentes a las del santiaguero ¿cómo devino en una enardecida guardiana de Santiago de Cuba?

Historiadora:  La mayor parte de mi vida la pasé en esta ciudad. A pesar de que mi madre me enseñó elementos de su cocina y el voceo de aquella tierra que también me acoge como una hija, indudablemente hay un vínculo muy estrecho pues provengo de una familia santiaguera antigua y numerosa. Estudié en el colegio Juan Bautista Sagarra con una educación patriótica excelente y luego en la Universidad de Oriente. En mi época de juventud salía a los carnavales e incluso participaba en la organización de las verbenas, las descargas. Todo ello me fue uniendo a la ciudad de Santiago de Cuba.

Periodista:   Transcurrido el tiempo imagino son muchas las santiaguerías que ya debe tener incorporadas Olga en su forma de ser, de ver el mundo. ¿cuánto de Santiago cohabita en usted y con cuáles de esas cosas se identifica más?

Historiadora:  Si hay algo que en la sicología del santiaguero siempre está presente aunque nunca se percata es la montaña. Eso es algo que siempre he apreciado mucho. Somos un valle, que tiene la  característica de estar en un lugar de terraza. Donde quiera nos topamos con las dificultades de subir y bajar las lomas. (Sonríe con un gesto de fatiga)

Hay otra cosa que en el plano espiritual es muy grande y muy atractivo para cualquiera y sobre todo para un historiador. En ello radica una de mis motivaciones mayores y es el hecho de la riqueza histórica de Santiago de Cuba, prácticamente desde su fundación. A mis contemporáneos y a mí nos motivaba cómo Santiago de Cuba.  inicialmente llegó a ser capital y después capital de la región oriental. Por otro lado nos mortificaba la inexistencia de muchos de los hechos tan trascendentales de su historia en la historiografía nacional. Ahí encontré un camino creo que riquísimo que la vida no me va a dar para agotarlo todo. Aun así me satisface saber que ahí tenemos muchos alumnos que lo han seguido, estudiando no solo a Santiago de Cuba. Por ejemplo en la década del 50 nosotros desde esta ciudad tratamos de argumentar el por qué estallaban siempre las revoluciones en esta zona de la geografía. Solo con la confluencia de historiadores de todos los territorios orientales, formados posteriormente, pudimos llegar a determinar con más certeza por qué era en Oriente y no en el centro o en el occidente del país que acontecía esta particularidad.

Periodista:  En ocasiones suele aislarse a estudiosos, catedráticos e intelectuales como usted del ambiente popular. Algunos estigmas suelen imaginarlos solo entre libros y no en los barrios hurgando en lo más simple de la cotidianidad ¿cuánto de esa cultura popular coexiste en Olga?

Historiadora:  Es imposible desligarse de lo popular en Santiago de Cuba porque eso como que se viene arriba continuamente. Hay una relación estrecha entre todas las personas que favorece ese vínculo con lo popular y desde luego hubo una generación de estudiosos de la historia que estuvimos nucleados durante los años 70 y 80 y que realmente nos llamó la atención precisamente esa cultura.

Nosotros tenemos la trova, el bolero, pero además los carnavales donde siempre no solo se manifestaban las personas que surgen del pueblo, sino incluso todas las clases sociales, todos los estamentos se vinculan en ese momento. La fundación de la Casa del Caribe fue otro de los hechos que permitió expresar a través de una revista, a través de los encuentros del Festival del Caribe ese sentido de la cultura popular que creo tiene su mejor expresión en alguien como Joel James, fallecido desafortunadamente todavía a plenitud de sus condiciones intelectuales.

Olga PortuondoPersonas como yo siempre hemos tenido eso presente y lo hemos expresado en nuestros textos. A veces cuando encuentro algún documento que para mí es interesante -quizás para otra persona no llamaría la atención- pero para mí que tengo ese vínculo con lo popular me nutre pues he escrito por ejemplo sobre el vodú, o sobre algún cimarrón del siglo XVII. Son cosas que tomo en cuenta. Hace un tiempo atrás las Congas de Los Hoyos y San Agustín me realizaron un reconocimiento y se debió al libro sobre la Virgen de la Caridad, un culto popular que está muy presente en la cultura de nuestra nación.

Periodista:  ¿Cómo se concretaría entonces esos rasgos de la cultura popular en la Olga madre, la Olga mujer, o en aquella Olga que hace unos dulces exquisitos y divide su tiempo en las labores investigativas junto a las tareas de la cocina?

Historiadora:  (Sonríe) Ahora mismo te estoy dando la entrevista y estoy haciendo una mermelada de guayaba que te va a demostrar lo que me preguntas. Después del Triunfo de la Revolución las historiadoras salieron a la luz para expresar su manera de ver la historia y sobre todo la Historia de Cuba. Las que somos historiadoras y nos conocemos, hacemos lo mismo. Somos madres, hacemos las labores domésticas y al mismo tiempo escribimos. Una cosa no impide la otra. Creo que al contrario. Es el contacto con lo humano, es el vivir todos los días, y es una manera que encuentra la mujer de asumir, interpretar y expresar la historia.

Periodista:  Para una mujer que conoce y aún tiene la agudeza de interpretar y vislumbrar la historia de Santiago de Cuba. Para alguien que sabe los disímiles caminos que ha recorrido la urbe en medio milenio de fundada. ¿Qué quisiera mantener de Santiago de Cuba.  y qué quisiera cambiar?

Historiadora:  Nosotros aspiramos como todos al progreso y hay muchos planes de transformación para el mejoramiento de la ciudad. Yo estoy a favor de esos cambios que perfeccionen y hagan de ella una urbe mucho más cosmopolita. Sobre todo sus vínculos con el plano exterior, el empleo del puerto, el renacer de la Alameda y el crecimiento de la ciudad que por fuerza tiene que ocurrir. Hay también algunos elementos de servicios públicos que tienen que estar al paso del crecimiento de la ciudad porque a veces no ha existido esa correlación. Incluso en las maneras de diversión del propio carnaval tienen que suscitarse cambios en la medida que la ciudad crece y que existe una cultura de mayor envergadura, más profunda y amplia.

Periodista:  Esta edición del 2015 se le dedica la Feria Internacional del Libro. Con más de 30 libros publicados imagino sea difícil escoger entre aquellos que quisiera desempolvar…

Historiadora:  Me estoy preparando para ello. Hay algunos libros en reedición y diversas compilaciones que ya me han pedido. Letras Cubanas me va a publicar el libro Manuel María Pérez y Ramírez: polígrafo cubano. Es una investigación que me gusta porque este hombre dedicó toda su vida a Santiago de Cuba. Un hombre que consagró sus 80 años de vida a educar y a profundizar en la espiritualidad del santiaguero durante la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX y del cual se conoce muy poco. En sus textos se explica la presencia hispana, aborigen y africana, pero también los elementos franceses y haitianos que dan cierta peculiaridad al santiaguero en la manera de hablar, de comportarse.

También estoy preparando Esclavos y libres de color que es un libro que la gente no lo conoce con ese nombre, sino con El negro del sombrero; otro de Nicolás Llose de Rivera y estamos pensando Una derrota británica en Cuba.

Recientemente acabamos de publicar un manual que se llama Misericordia y que ha tenido muy buena acogida. Misericordia es la manera en que todos los santiagueros se expresan cuando tiembla. Se trata de cómo ha vivido esta colectividad los terremotos desde el siglo XVI hasta el 2011, aunque también nos referimos a lo ocurrido con el ciclón Sandy. Es una manera de significar la resistencia del santiaguero ante cualquier tipo de eventualidades. Hablamos de todos los desastres, incluso la ocupación norteamericana en 1898 y cómo vivió la ciudad esto.

Periodista:  Son muchos los elementos que conforman el linaje de esta ciudad ¿podría delimitarse a Santiago de Cuba en una definición?

Historiadora: Una de las cosas que se exalta en el santiaguero es su capacidad de recuperación y de resistencia. La ciudad ha sufrido durante años diversos acontecimientos que ha sabido superar. Creo que la manera de expresarse el santiaguero es muy del Caribe, alegre, con la virtud de expresar las cosas que lo disgustan a través de la música o de la broma, del choteo. No quiere decir que todo sea positivo. El santiaguero debe ganar en responsabilidad y eso puede adquirirlo con educación y con mejores comportamientos en las relaciones humanas que deben ser mejor sociabilizadas.

Periodista: Antes de que finalmente Olga me de a probar esa mermelada que se está cocinando. ¿Se ha imaginado en otro lugar?

Historiadora: Me gusta estar aquí. Solo el trabajo en otros archivos y las bibliotecas es lo único que me saca de Santiago de Cuba. He dedico toda mi vida a investigar y a escribir sobre ella. Me ha tomado años escribir un libro. A veces tengo que salir a buscar información no solamente en La Habana sino en bibliotecas españolas en las cuales no dejo de deslumbrarme ante las maravillas que encuentro de la historia santiaguera y del oriente. Pero siempre vuelvo. Creo que ya no me es fácil dejar la ciudad. No solo por el marco de la naturaleza y del ambiente urbano sino también por ese ambiente humano, tan importante para las personas. (Me toma por el brazo) Y basta ya de preguntas. Vamos hasta la cocina, como buenos santiagueros, para que pruebes mi mermelada y compruebes si soy o no soy de aquí.

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