Plaza de la revolución

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miércoles, 20 de febrero de 2013

A 73 años de la Constitución de 1940


Autor: Yaimeé Bell Sabó

Hacia finales de la década del treinta el dictador Fulgencio Batista, jefe del ejército, trata de encubrir el terror de su gobierno y lleva a cabo un grupo de medidas demagógicas simulando resolver los graves problemas sociales y económicos que devastaban a la sociedad cubana de entonces.

Pero esto tenía su trasfondo político: Nuestros gobiernos eran manipulados por la política imperialista internacional; y en ese momento, Estados Unidos llevaba a cabo la conocida Política de Buena Vecindad para con los pueblos de América Latina, estableciendo la libertad de organización sindical y posibilitando una flexibilización de los regímenes dictatoriales; esto, so pretexto de simpatizar con el ideal antifascista que había generado la Segunda Guerra Mundial.

En medio de estos cambios democráticos fue imposible detener el alza de la conciencia nacional de los cubanos y su lucha por la autonomía de la Isla. De esta forma, entre febrero y junio de 1940 sesionó en La Habana una Asamblea Constituyente en la que de forma milagrosa se vieron representados todos los sectores y capas sociales de la sociedad. Pero lo sorprendente fue que se permitiera en los debates, una fuerte inclinación de la balanza hacia el ala izquierda.

Así se elaboró la Constitución de 1940, que en palabras de los estudiosos de la historia, tuvo un carácter progresista. En la misma se declaró la igualdad de todos los ciudadanos y pasó a ser oficialmente ilegal la discriminación de raza, sexo o clase. Mas, ¿cómo podía ser ilegal la discriminación atendiendo a la clase social, en una sociedad clasista donde solo un pequeño por ciento tenía control sobre los medios de producción? Era evidente la existencia de una pequeña burguesía adinerada que gozaba de privilegios en aquella Cuba deformada.

Pero aún así la Constitución de 1940 fue para el momento histórico en que se escribió un estatuto de avanzada. Suspendió por dos años el desalojo, proscribió el latifundio y fijó un salario mínimo para los obreros.

El establecimiento de seguros sociales para la vejez, el desempleo y los accidentes de trabajo, parecía una fantasía ante los ojos de quienes lo habían soñado sin esperanzas de realización.

Por tanto, aunque fue una Constitución de carácter burgués, se propuso dar una solución temporal a las principales dificultades que impedían a los obreros cubanos lasatisfacción de la vida espiritual y material.

A 73 años de aquel momento, tenemos los cubanos una verdadera Constitución que responde a la República digna y democrática que hemos construido. Esa que era una utopía en febrero de 1940.


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