La lucha por combatir la violencia es universal, no obstante ser un fenómeno que prácticamente surgió con la humanidad misma, pero cuando se dirige a la mujer y a la niñez, toma otro cariz.
Y precisamente, retomo el tema porque por estos días se celebra en nuestro país una jornada por la no violencia en contra de la mujer. Entre las actividades, lideradas por la Federación de Mujeres Cubanas, participé en un intercambio con representantes de Cátedras de la Mujer de diferentes centros, psicólogas, abogadas, sociólogas y de escuelas de menores.
Coincidimos en que la violencia contra la mujer sigue siendo un problema social en Cuba, pero más allá, también pervive contra la niñez, los ancianos, los discapacitados y los homosexuales, incluso, contra los padres, de manera general este flagelo irrumpió en la familia. Claro que esto también tiene su trasfondo en la pérdida de valores. Un fenómeno que se extiende a casi todo el planeta.
Comentaban las especialistas que el uso de la fuerza para imponer formas de ser y actuar, y para imponer la autoridad, se basa en las desigualdades y discriminaciones que se dan entre hombres y mujeres, entre diferentes generaciones, y hasta en los diferentes sexos.
Ante mí llora desconsoladamente mi vecina Damaris mostrándome una herida con cinco puntos en la cabeza, pero no quiere hacer la denuncia en la jefatura de la Policía, porque al final “es un hombre bueno y me quiere”.
Está el caso de un abuelo que se ve impotente ante el brutal gesto de su joven nieto, que le arrebató los lentes y se los pisoteó hasta hacerlos astillas, porque “estos viejos no entienden a la juventud”.
Quizás el caso más desgarrador sea el de la niña de 8 años violada por su padrastro, pero la mamá no quiere hacer la denuncia porque “mi hija también es buena pieza”.
Son algunos de los ejemplos de violencia que se exponen en el intercambio, y las maneras de contrarrestarla, pero sólo me queda por exponer la conclusión de los participantes en el taller, de que es necesario un pensamiento diferente: combatir la violencia desde la no violencia.
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