Plaza de la revolución

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jueves, 27 de diciembre de 2012

Celebran Los Tambores de Bonne 50 años de vida

 Autor : Isabel Zaldívar Diéguez 
Fotos: Miguel Noa e Isabel Zaldívar Diéguez

Por estos días finales del año los tambores de Enrique Bonne celebran 50 años de vida con su tropa prácticamente rejuvenecida. El grupo es conocido popularmente como los Tambores de Bonne, y no existe evento importante del territorio oriental y nacional donde su toque no llegue.

Cuentan en reseña histórica de trayectoria artística que el grupo comenzó en 1959 con 7 integrantes actuando en los Carnavales de la capital; pero realmente se conformó con 54 músicos y debutó en el carnaval de La Habana en 1962.

De sus presentaciones en esta urbe se puede hablar mucho porque en cada carnaval, espectáculo de relevancia nacional o de agasajo a algún artista, Los Tambores de Enrique Bonne eran invitados fijos.

Tanto creció su fama de cosechar alegría, que se hicieron indispensables en los carnavales de varias ciudades del archipiélago cubano. Ni que comentar de los acompañamientos que hicieron en anfiteatros a Los Irakeres y a Michel Legrand, compositor y cantante francés, ganador tres veces del Oscar de la Academia de Hollywood.

Tema aparte, el de sus presentaciones en la Televisión Nacional respaldando musicalmente a figuras como Ramón Calzadilla, Rosita Fornés, Luis Carbonell, Alden Naigth, los maestros Adolfo Guzmán y Rafael Somavilla a dos pianos, entre otros.
Los tambores de Enrique Bonne también participaron en los Centroamericanos de 1982, en el Festival de Música Cubana, en la convención de Turismo en Varadero y en otras tantas actividades, que la lista sería casi interminable a lo largo de medio siglo de perenne actividad.

Hoy la agrupación tiene 22 miembros; pero qué decir de ellos, que son maestros en el bocú, quinto, tumbadora, campana, tambora, chequeré... Pues se los digo, son hijos de barrios humildes, nacidos con sus instrumentos debajo del brazo y prestos a regalar ese calor musical, esa alegría que les brota del alma. No son formados académicamente, pero sí percusionistas gigantes de la música cubana. Hacen honor a su nombre de plantilla: A de Enrique Bonne.

 

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