Plaza de la revolución

Plaza de la revolución
Plaza de la revolución

domingo, 15 de abril de 2012

Camilitos santiagueros son ejemplo de integridad

Por Israel Hernández Planas

Las Escuelas Militares Camilos Cienfuegos se erigen como cantera  para la oficialidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Por eso el trabajo que desarrollan los adolescentes en estos centros de estudios va encaminado a fomentar desde temprano la integridad en los jóvenes aspirantes a carreras militares.

Es en los límites del reparto santiaguero Santa Bárbara donde se encuentra otro de los sitios donde se derrumba el mito de la juventud como despreocupada y sin motivos. Por doquier en las instalaciones de la escuela santiaguera de Camilitos, adolescentes totalmente enfocados aprovechan el tiempo al máximo para elevar sus cualidades intelectuales y físicas.

Convencidos de la responsabilidad que tienen en sus hombros los Camilitos santiagueros pasan 300 días al año superando obstáculos y forjando un espíritu difícil de doblegar en circunstancias adversas, algo que pudiera pensarse en extremo difícil por la edad con que entran a este centro.

Para el  estudiante  camilito Alejandro López Santana su entrada a la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, de Santiago de Cuba, fue una experiencia bastante dura. “Primero tuve que pasar un chequeo médico bien riguroso y luego tener las notas elevadas para optar por este centro de enseñanza.  Luego vinieron las pruebas de ingreso y de aptitudes físicas y psicológicas y una vez que tuve vencidas esas cuestiones vino un periodo de preparación previa que duró 45 días. Resulta bastante azaroso salir del régimen cómodo que tiene cualquier adolescente en casa para venir a aprender ejercicios de supervivencia. Fue una etapa que me hizo afianzar más mi vocación por ser militar. Hoy me siento orgulloso de ser Camilito”, nos cuenta López Santana, quien cursa  el Duodécimo grado.

Pero experiencias como la de Alejandro López son bastante comunes en la escuela. Sin embargo cuando se trata de una fémina uno pudiera pensar que el rigor pudiera hacerla flaquear, nada más alejado de la realidad.

Navis Rodríguez Plutón es una adolescente con bellos sueños y aspiraciones. Hoy sus desvelos estudiantiles y su aplicación en todas las aristas de la vida en los Camilitos le confieren el lugar que ella misma mereció, la del primer escalafón en a escuela.

“Particularmente tenía amigas que me decían: oye la vida militar no es fácil, te exigen demasiado. Sin embargo eso es lo que más me gusta de la escuela, la organización con que se ejecutan todas las acciones de la vida cotidiana, es como crecer vertiginosamente”, comenta Navis quien aspira a cursar medicina militar una vez que culmine el 12 grado.

Ante un  excelente claustro de profesores estos jóvenes adquieren las mismas habilidades que los estudiantes  de otros centros. Con facilidad dominan las nuevas tecnologías y pasean por el fascinante mundo de las ciencias y las letras con total entrega porque el conocimiento los prepara mucho más.

“Me gustan mucho todas las asignaturas. Es un claustro de muchos años aquí y saben como tocar el cerebro de cada estudiante. Sus métodos son muy buenos y aplaudimos eso en una escuela que demanda mucho sacrificio así que con buenos profesores tienes una gran por ciento de hacerte un buen Camilito, lo demás va por uno mismo”, dice la estudiante camilita  Laritza Muñoz Rodríguez.

Sin embargo no sólo los cuadernos y los lápices ocupan las horas de la jornada para estos muchachos. La ejercitación física llega a través de las gimnasias matutinas, práctica de deportes y ejercicios intencionales para dotarles con cualidades físicas propias de un buen militar. Son estas y otras actividades la que dan un sentido de integridad a la formación vocacional de quienes pretenden llegar a oficiales de la Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Un bien pensado programa de ejercicios físicos que incluyen gimnasia matutina, deportes y juegos contribuyen al desarrollo físico de cada uno de los camilitos. Sí a esto sumamos las distintas manifestaciones artísticas  que son parte de la vida cotidiana de los estudiantes pues pudiera afirmarse que la integridad en estos jóvenes está garantizada.

“Nos gustan mucho las actividades recreativas. Tenemos una gala de recreación todas las semanas  e implementamos visitas a museos y actividades extracurriculares que nos encantan porque  sobre todas las cosas somos jóvenes muy entusiastas”,  expresa Navis Rodríguez.

Por eso aunque empeño y disciplina sean vocablos que se asocien fácilmente a los cursos en la escuela Militar Camilos Cienfuegos para los camilitos hay algo más que una formación recta.

“Uno viven muy bien su vida de joven. Tenemos una vocación militar y la escuela tiene un componente elevado de rigor y exigencia pero la verdad que no son cosas que no se puedan cumplir. Se trata de practicar la disciplina y por supuesto que también nos divertimos mucho en su momento”, comenta la estudiante Laritza Muñoz Rodríguez.

Así  se suceden los días en esta escuela santiaguera. Cientos de jóvenes que acuden a las aulas, y áreas de entrenamiento para forma su espíritu en la disciplina y el compromiso, con un único propósito: convertirse en oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Las Escuelas Militares Camilos Cienfuegos se crearon el  23 de septiembre de 1966, por indicaciones del General de Ejército Raúl Castro Ruz, entonces Ministro de las FAR. Formadoras de jóvenes de ley y con alta demanda entre los adolescentes que terminan su secundaria básica, estas instituciones se consideran un pilar de la educación cubana y la cantera de futuros oficiales para las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario