Plaza de la revolución

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domingo, 23 de junio de 2019

El primer toque de conga anuncia al San Juan santiaguero

En junio 24 inician los ensayos para la gran fiesta popular del séptimo mes del año

Por Maria Elena López Jiménez

Santiago de Cuba 23 jun.— La ciudad se estremece la tarde del 24, suenan tambores y cornetas chinas en los 4 puntos cardinales santiagueros; desde las diferentes barriadas salen las congas para recorrer calles y comunidades con sus vecinos que esperan para “echar un pie” al paso de tocadores y “arrolladores”, como se le dice a quienes bailan al compás contagioso de la música popular por excelencia.

El San Juan santiaguero tiene muchas aristas para destacar: aunque en otras ciudades cubanas se festeja como en Camagüey y Remedios con sus disímiles costumbres, en esta zona oriental transcurre diferente; en primer lugar es anunciador de los carnavales que todos esperan, pero además refleja una historia de este pueblo que a su vera corre el río mayor, San Juan y cerquita se empina una loma donde el parque te muestra, con sus monumentos, distintas facetas de la guerra de los cubanos contra el colonialismo español, en la que el vecino imperial hizo su intromisión para convertirla en la guerra hispano-cubano-americana.

Según la investigación de la master Isabel Rodríguez Elías, se recogieron en las actas capitulares reseñadoras de que el cabildo de la capital Oriental del país hizo su presentación en 1669 por petición de Don Urbano Castañeda, colector de la Santa Iglesia Catedral, en la cual testimonió que se celebrara la fiesta de San Juan en la ciudad; solemnidad de origen católico en sus inicios, que se realizaba desde el siglo XVII. 
                   
Un cronista de ese época, Juan Martínez, relató también que los indios de la región Cuba, destinaban un día que al parecer correspondía al 24 de junio para purificarse de las manchas morales de todo el año, bañándose en el río San Juan o Madre Vieja, el mayor de la comarca. Primero recorrían su cauce, embarcados en piraguas adornadas con pencas de cocos, ramas de árboles olorosas y flores; paseaban y cantaban versos alegóricos a la fecha.

Luego de bañarse en el río pasaban a los bateyes donde celebraban los areitos o bailes nacionales.

A partir de 1852 esta festividad se hacía desde el alba con el toque del Ave María, la misa de madrugada especialmente en la Iglesia de San Francisco para que los fieles pudieran ir al San Juan a disfrutar del baño matutino,  con todo lo que se requería para la alegría popular; en esa hornada se llevaba la comida o se cocinaba a la vera del río; toda la familia se trasladaba en carretas o a pie, de acuerdo a las posibilidades de cada cual o la distancia a recorrer;  grandes caravanas muy engalanadas, para darse los baños que según el credo popular rejuvenecía y vigorizaba al cuerpo; se cortaba el cabello para que creciera más, se recogían hojas medicinales y muchos llevaban a su casa agua embotellada; se desarrollaban otras acciones para mostrar que el 24 de junio tenía mucha magia. Así nacieron los nombrados “mamarrachos” o carnavales santiagueros, que duraban hasta el mes de julio; no se entoldaban las calles ya que las instalaciones existentes se cubrían con las enramadas de palmas que costeaban los vecinos.

Con estas narraciones, casi leyendas, ha llegado a nuestra actualidad el San Juan santiaguero, que sigue marcando la tradición del toque de congas, propiciado en el ayer más antiguo, por los esclavos africanos y cabildos franco-haitianos y que hoy es esencia de nuestra cultura popular; los santiagueros esperan su 24 de junio para los ensayos de comparsas y congas.

Ya no hay recorrido hasta el río pero si el jolgorio está ligado a la ciudad. Ahora bien, el San Juan santiaguero, va más allá: se extiende a la loma donde se levanta el parque dedicado a las acciones bélicas de la guerra hispano-cubana con la injerencia estadounidense; entre el 22 y el 24 de junio de 1898 comenzaron los desembarcos de las tropas yanquis por las playas de Daiquirí y de Siboney, en las proximidades de Santiago de Cuba; se entabló así el cerco terrestre a la urbe oriental, operación en la que las unidades insurrectas dirigidas por el Mayor General Calixto García llevaron el peso de la ofensiva.

El 3 de julio fue destruida la escuadra española en el desigual combate naval de Santiago de Cuba y con ello cayó el poderío hispano en América; un mes más tarde  se concluyó con la firma de la paz en la ceiba ubicada allende el parque, que igualmente se conoce por el árbol de la Paz pero que en ese entonces, los mambises no pudieron entrar a la capital oriental. Primera acción imperialista de Estados Unidos en el mundo.

De esta forma, el San Juan santiaguero con su primera salida de congas anuncia los preparativos de la fiesta mayor y al mismo tiempo encierra una página importante de la historia  cubana.

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